A la espontánea --y a veces desorganizada, según los propios voluntarios-- presencia de personas de toda condición en las costas gallega y cantábrica para limpiar chapapote, se sumó la aportación de efectivos de Protección Civil y las Fuerzas Armadas. Un apartado en el que Aragón tuvo presencia destacada. Por ejemplo, hasta allí viajó un centenar de soldados del Escuadrón de Apoyo al Despliegue Aéreo, con base en Zaragoza. La propia Base también contribuyó con sus Hércules, mientras la Academia Logística de Calatayud enviaba a la zona a unos 800 alumnos.