La Coordinadora Biscarrués-Mallos de Riglos mantendrá hoy una reunión en Ayerbe en la que abordará el plan de acción que seguirá contra la construcción de la presa tras el anuncio de la salida a exposición pública del proyecto.

Los afectados estudiarán la presentación de una batería de alegaciones de carácter jurídico, técnico, económico y social a una obra que consideran que causará «tremendas afecciones» en la zona inundada.

«La cota sube hasta 457 metros, con una capacidad de 51 hectómetros cúbicos», según un comunicado enviado ayer por la coordinadora a los miembros que la integran. En particular, la pedanía de Erés «queda rodeado de agua», pese a que se halla sobre un terreno inestable, «lo que puede provocar deslizamientos de ladera que acaben con todo el pueblo dentro del pantano».

Además, la coordinadora denuncia que se utilizará hormigón masivamente en la presa dado el tipo de terreno y que las gravas para su construcción se extraerán de los términos de Erés y Biscarrués.

Asimismo, llama la atención sobre el hecho de que no se reconoce como afectados a las empresas de aguas bravas ni a las de hostelería y turismo rural, «que pierden por el lucro cesante».

RECURSO EN PELIGRO // De hecho, al margen de los campos, huertos y granjas inundados, al remansarse el agua se dará un golpe mortal al descenso en balsa del río Gállego, una modalidad deportiva que atrae a numerosos aficionados y se ha convertido en un medio de vida para muchas familias.

Asimismo, la coordinadora lamenta el «tiempo insuficiente» que durará el periodo de alegaciones, «solo un mes, mientras que el estudio del proyecto se ha tardado dos años en redactar.