La primera gran crecida del Ebro después de tres años de sequía inundó ayer miles de hectáreas en la Ribera Alta Zaragozana, a la que llegó con un caudal superior a los dos millones de litros por segundo y una altura cercana a los siete metros. La punta de la avenida arribará a Zaragoza, donde el río alcanzará un altura de en torno a cinco metros, en las últimas horas de esta tarde.

La crecida inundó alrededor de 1.500 hectáreas en Novillas, el primer municipio aragonés que recibe el agua del Ebro tras su paso por Navarra. La fuerza con la que bajaba el río, inusual en comparación con otras crecidas, según apuntaron varios vecinos, derribó durante la madrugada de ayer jueves dos de los diques de contención de la zona este de la localidad --uno en cada margen--, lo que incrementó el área anegada.

Algunos vecinos tuvieron que tapar las puertas de sus casas, en algunos casos levantando pequeñas paredes, para evitar que el agua, que alcanzó una altura de 6,75 metros, entrara en ellas.

El puente de la carretera de Tauste en Gallur tuvo que ser cortado en torno a las tres y media de la tarde al haber comenzado el agua a superar algunos puntos de la vía, especialmente en el puente viejo. En esta población resultaron inundadas más de mil hectáreas, muchas de ellas sembradas de trigo y alfalfa, aunque parte de los campos del municipio no han sido todavía sembrados por estar reservados para el cultivo del maíz. En Novillas se ha echado a perder la cosecha de medio término, dedicado, además de al cereal, a variedades hortícolas como el brócoli, la coliflor, el guisante, el repollo y la beza.

Aguas abajo, la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) movilizó más de una docena de camiones y máquinas pesadas de constructoras para elevar los diques que protegen el casco urbano de Pradilla, una de las localidades más afectadas por la riada del 2003, que obligó a evacuar a parte de la población. De no haber acometido esa intervención, la crecida habría superado las barreras a media tarde.

Las máquinas, coordinadas por personal de Tragsa, extendieron desde primeras horas de la mañana las cargas de zahorras que los camiones transportaban desde la cantera de la Vaquería de Tauste. Eso permitió que en torno a las cinco de la tarde, cuando la regleta del Camino de Gallur estaba cubierta por encima de los 666 centímetros, el dique de El Chopar se hubiera elevado en medio metro. Ese nivel parecía suficiente para sujetar la punta de la avenida, que iba a acercarse a los siete metros. No obstante, las máquinas siguieron trabajando. Por otro lado, los técnicos de la CHE y Tragsa disponían de un plan B para proteger la zona sur del pueblo en caso de desbordamiento.

El dispositivo incluyó el sellado de varias tajaderas de riego con sacos y el bombeo del agua del Ebro que superaba los diques por su parte inferior a través del aluvial.

La crecida del Ebro también inundó centenares de hectáreas de cultivos en el resto de los municipios ribereños, como Alagón --donde el agua rondó los siete metros de altura--, Cabañas, Boquiñeni o Alcalá.

Las previsiones de la CHE indicaban ayer que la punta de la crecida llegará a Zaragoza, con algo más de dos millones de litros por segundo, esta tarde-noche. Paralelamente, el caudal comenzará a estabilizarse hoy en Castejón de Ebro en una lámina de algo más de un millón de litros por segundo.