En junio del 2016 Alexandra Rodica era brutalmente asesinada delante de su hijo de 5 años en el portal en el que se sitúa un punto de encuentro familiar de Conde Aranda, en Zaragoza. El presunto autor, su expareja, Cristinel Lionel Surca, permanece la cárcel a la espera de ser juzgado. Este caso visibilizó una reclamación de muchas usuarias y asociaciones que pidieron un incremento de las medidas de seguridad, incluso, que se pusieran agentes de la Policía en dichos centro. Después de dos años, esa solución no se ha puesto en marcha.

Fue el delegado del Gobierno en Aragón, Gustavo Alcalde, quien reconoció que «algo había fallado» para que se produjera este crimen machista. De hecho, resaltó que «son lugares especialmente sensibles donde normalmente se acude con una diferencia horaria para evitar que coincidan, pero si alguien quiere romper ese protocolo lo consigue». Aunque por fortuna este tipo de casos no son habituales, la Policía de Zaragoza ha tenido que intervenir en varios casos en los que un hombre accede a un punto de encuentro familiar con un cuchillo. La reclamación de la zaragozana Ana Sarmiento vuelve a renovar el mismo llamamiento que hace dos años. En Valencia, por ejemplo, hay agentes.