Será casualidad pero en plena crisis política en el Ayuntamiento de Zaragoza por la ampliación del Bizi a todos los distritos de la ciudad, paralizada por el PP en el Tribunal Administrativo de Contratos Públicos de Aragón (TACPA), el servicio sigue perdiendo usuarios y usos. Los últimos con carácter oficial se refieren al cierre del ejercicio 2017, cuando se registraron 2.002.393 usos, una cifra que no solo representa un descenso del 5,8% con respecto al ejercicio anterior, 123.000 menos que los 2.125.475 del 2016, sino también llegar a un mínimo histórico en la explotación.

Este dato se suma a otro que puede considerarse todavía más preocupante, el número de abonados, que el año pasado concluyó con 23.835 y es la cifra más baja desde el 2009, con el agravante de que entonces solo había funcionando 100 estaciones y 1.000 bicicletas, y ahora hay 130 y 1.300, respectivamente.

De hecho, en comparación con su máximo histórico, el 2012, los datos del 2017 representan la pérdida de 15.000 abonados en solo cinco ejercicios. De hecho, se sitúa en niveles del 2009, cuando concluyó con 23.634, y queda muy lejos de los 38.887 que se contabilizaron en el 2012. Entonces había zaragozanos en lista de espera, hoy quedan miles de abonos sin solicitantes. Eso, para un servicio en el que los ingresos procedentes del pago de los usuarios representan en torno al 40% del total, supone un problema. El resto, afortunadamente para el consistorio, se obtiene de comercializar soportes publicitarios.

No obstante, este descenso está muy marcado por la prohibición de circular por las aceras que, por sentencia judicial, obligó a rehacer la ordenanza municipal que lo permitía. Mandar a las bicicletas a la calzada hizo perder usuarios, y bajar los usos considerablemente. De hecho, los poco más de dos millones registrados en el 2017 ya suponen 1,1 millones menos que los que se contabilizaron hace 7 años. En el 2011 llegaron a ser 3.139.813.

Desde entonces, la estadística del servicio que explota Clear Channel en Zaragoza ha estado muy condicionado a aquella modificación de la ordenza y parecía haberse estabilizado en torno a los 2,12 millones de usos. Al menos es lo que se contabilizó, casi de manera calcada, en los años 2015 y 2016. Así que la pérdida de otros 123.000 usos en el 2017 podría achacarse a la problemática por la ampliación fallida al resto de distritos de la capital. Y también que el número de abonados haya pasado de 25.614 a 23.835 en solo un ejercicio, 1.800 menos, y que son casi 4.000 menos que en el 2015 y 10.000 de disminución con respecto a aquel 2014 en el que la ordenanza cambió.

5.486 viajes al día

Mientras, entre los abonados, los hombres siguen teniendo mayoría, con un 57,76% de los mismos y un 42,23% de mujeres, y la edad media de los usuarios es de 42,73 años. Respecto a la utilización, el promedio de usos por bicicleta al día ha bajado en un año de 4,65 a 4,37 -con un total de 5.486 desplazamientos diarios-, pero comparado con el 2011, que fue cuando empezó a haber 130 estaciones y 1.300 bicis en circulación, este dato se ha reducido casi a la mitad. Era de 7,84.

Además, el promedio del tiempo de utilización de las bicicletas ronda los 11,13 minutos y se estima que la distancia recorrida por todas ellas en un mes es de 295,79 kilómetros.