El impacto directo de la crisis en Cataluña sobre la economía aragonesa en pérdida de crecimiento podría alcanzar el 1,2 por ciento en caso de un escenario de riesgo "severo" y del 0,5 de riesgo "moderado".

Así se recoge en el estudio ?Efectos de la crisis política de Cataluña sobre la economía aragonesa en 2018?, elaborado por la Universidad de Zaragoza a petición del Gobierno de Aragón en un año en el que se espera un crecimiento de la economía aragonesa en torno al 3 por ciento.

También se ha estudiado la afección que podría tener sobre la creación de empleo, que podría reducir en el caso de riesgo moderado las cifras en unos 2.700 puestos y que ascenderían hasta los 6.300 aproximadamente en el de riesgo severo, aunque no se ha cuantificado la repercusión económica.

Estos datos los han dado a conocer hoy en Zaragoza la consejera de Economía, Industria y Empleo de Aragón, Marta Gastón, y el responsable del Observatorio de Coyuntura, Eduardo Bandrés, en la presentación de este estudio, el primero que se realiza en España sobre el impacto de la crisis política catalana sobre una región española en concreto.

Previamente, Gastón y Bandrés han informado de los resultados obtenidos en el estudio a las confederaciones empresariales CEOE y Cepyme, a los sindicatos UGT y CCOO, así como al Colegio de Economistas de Aragón.

El origen de la petición del trabajo se remonta a octubre pasado cuando desde el Ejecutivo aragonés se intentaba tener una respuesta "más que intuitiva y que estuviera sustentada en datos para orientar una posible respuesta" sobre todo lo que estaba sucediendo en Cataluña, ha explicado la consejera.

También han apuntado que se pretendía establecer la manera en la que se relacionan las economías de Aragón, Cataluña y España en un momento en el que "el shock de incertidumbre" por los acontecimientos catalanes se ha visto que "afecta a la economía española y a la aragonesa por igual".

En cuanto a la metodología, Bandrés ha explicado que con el test de causalidad han comprobado que "lo que pasa en Cataluña tiene efecto en Aragón" y que luego en segundas y terceras rondas con otras comunidades implicadas "vuelve a tener efecto".

Gastón ha querido dejar claro que con este estudio "lo último que se pretende es generar alarma" y que su objetivo es conocer el grado de exposición y los efectos que se pueden producir y se producen por esta situación en los diferentes sectores económicos que mantienen relación con Cataluña de las tres provincias, de los que se han excluido los servicios y la energía.

Bandrés ha recordado que para la economía aragonesa, las exportaciones son aproximadamente el 60 por ciento en España y el resto en el extranjero, y su principal mercado exportador es el catalán con un 38 por ciento de ese 60 %, que prácticamente triplica al segundo que es la Comunidad Valenciana con el 13 por ciento.

En este sentido, el catedrático de Economía Aplicada ha señalado que en el estudio se habla solo de producción y no de valor añadido de los productos.

Los aragoneses son los primeros proveedores de materias de Cataluña, cuyo mercado compra el 21 por ciento de ese producto, y en cuanto a los sectores más expuestos, Bandrés ha señalado que son la agricultura y la ganadería junto a la industria agroalimentaria.

Bandrés ha insistido en que la estabilidad institucional es un activo para los negocios "pase lo que pase con Cataluña" y, en su opinión, "en el fracaso de la política está el origen del problema" y cuando se produce la crisis los efectos colaterales son "más fuertes para los más débiles".

En cuanto al nivel de exportaciones a Cataluña estudiado en función de las tres provincias aragonesas, se ha detectado que tanto en Huesca como en Teruel es aproximadamente del 44 y 35 % respectivamente, mientras que en Zaragoza es del 20 %, y el grado de exposición es del 30 % en Huesca, el 43 % en Teruel y solo el 4,5 % en Zaragoza, por lo que es "en las dos primeras donde se focaliza el mayor riesgo".

En un análisis algo más profundo, Bandrés ha señalado que tanto en Huesca como en Teruel, al margen de las diferencias de porcentajes, la afectación por sectores sigue "la misma jerarquía" que en el conjunto de Aragón, mientras que en Zaragoza se encuentra "más diversificado" y con mayor incidencia en sectores como el material de transporte, la automoción o el papel.

También ha puntualizado que los efectos sobre la economía no se producen directamente en función de los acontecimientos, aunque ha reconocido que en las diferentes gráficas se contempla que los acontecimientos del 1 de octubre "se produjo un pico de incertidumbre" hacia el riesgo severo, aunque siguen pensando que es "el menos probable".

"Lo mejor que puede pasar es que la economía catalana vaya bien", ha dicho la consejera, quien ha comentado que las empresas están "acostumbradas a gestionar riesgos, pero no a la incertidumbre", a la vez que ha recordado el aluvión de llamadas de empresas que se recibían durante los momentos más álgidos de la crisis catalana y que con la aplicación del 155 se redujeron de manera considerable.

No obstante, ha resaltado las relaciones que siempre han existido con las empresas catalanas y su instalación en Aragón a lo largo de los años que "queda al margen de la crisis", pero ha anticipado que en el caso de que se mantenga la incertidumbre "se producirá una deslocalización silenciosa".