La planta de General Motors (GM) España llegará a finales del 2008 con la reserva, ya que sufrirá una brusca caída de la producción durante estos últimos cuatro meses. Y eso se notará en el empleo. De hecho, ayer, la multinacional ratificó al comité de empresa su intención de presentar un expediente de regulación de empleo (ERE) que afectará a un total de 600 trabajadores --550 de manufacturas y 50 técnicos y administrativos-- desde noviembre del 2008 a noviembre del 2009. Una expediente que, acto seguido, fue presentado en la dirección general de Trabajo. Es decir, de los 7.890 empleados que integran la plantilla, 600 dejarán de trabajar durante un año.

Los desencadenantes de esta situación son dos: la crisis económica que reducirá la compra de vehículos un 25% este año, según estimaciones de la Asociación de Fabricantes (Anfac), y el desgaste del Meriva, un modelo que vive sus últimos meses de vida. Precisamente, en el lanzamiento de este nuevo modelo está la salvación para GM España, pero para ello quedan, como mínimo diez meses. ¿Y hasta entonces? Sufrimiento.

Ayer, la dirección de la multinacional comunicó al comité de empresa que Figueruelas cerrará este año con 455.000 vehículos fabricados (40.000 menos de lo que reflejaban las previsiones de diciembre del 2007 y 30.000 menos de lo estimado en el último cálculo realizado por la compañía). Es decir, la factoría tendrá que reducir su producción en 300 coches diarios a partir del próximo mes de noviembre, para pasar de 2.125 unidades --se han llegado a puntas de casi 2.200-- a solo 1.828, ya que el mercado no absorbe todo lo que sale de la planta. La multinacional ya prevé que, en el mejor de los casos, en el 2009 la fabricación caerá hasta los 415.000 vehículos, alrededor de un 10% menos.

No obstante, pese a la crisis, parece ser que el Corsa es uno de los modelos que mejor está aguantando el tirón, puesto que su producción no se verá alterada en el corto plazo (actualmente se producen 1.242 coches al día en Figueruelas)--. No ocurre lo mismo con el Meriva y con el Combo. Por si fuera poco, la empresa también comunicó ayer tres nuevos días de paro técnico (el 3 de noviembre en la línea del Corsa y los días 22 y 23 de noviembre en la del Corsa y en la del Meriva), que se suman a los previstos para el mes de octubre. Sin duda, este descenso de la producción se vivirá como un efecto dominó en las empresas auxiliares que ya están sufriendo las consecuencias del bajón productivo.

FLEXIBILIDAD INSUFICIENTE Durante la reunión, los directivos de General Motors presentaron la Memoria al comité, que contemplaba la presentación del expediente. Una medida que, según apuntaron desde el comité, resulta "inevitable" para la multinacional, puesto que los mecanismos de flexibilidad son "insuficientes" hoy por hoy para hacer frente al descenso de ventas.

No obstante, a partir de ahora se abre un periodo de consultas en el que los sindicatos tratarán de buscar alguna salida que no sea un año de inactividad para 600 trabajadores. La negociación entre las partes dictará sentencia. De momento, esta semana habrá reuniones sindicales y el lunes se pondrán en común las conclusiones que hayan sacado de la memoria del expediente, presentado por la compañía, y estudiarán fórmulas alternativas, señalaron fuentes sindicales.

De seguir adelante el ajuste planteado por la multinacional del automóvil, el menor de los males sería adelantar el lanzamiento del nuevo Meriva, según apuntó ayer el presidente del comité de empresa, José Juan Arcéiz. "El coche se lanzará en enero, pero podría adelantarse su salida a octubre, con lo que en el mes de agosto o de septiembre ya se necesitaría más personal", puntualizó.

RELACIONES LABORALES Tras la reunión con la empresa, por la tarde, se celebró un pleno del comité en el que se habló del expediente y de la oferta de convenio de la empresa que contemplaba una subida salarial del IPC menos un punto. Esta propuesta fue rechazada de forma unánime por todos los sindicatos y así se lo trasladarán hoy a la compañía. Sin embargo, dada la situación financiera de la corporación y la caída de las ventas, se propuso prorrogar un año más el convenio del 2007, que contempla una subida salarial del IPC. Una medida coyuntural que contó con el favor de CCOO y Acumagme. USO analizará la propuesta, mientras que CGT y OSTA la rechazaron.