El Seminario Metropolitano de Zaragoza comienza hoy su campaña del 2012 para la captación de nuevas vocaciones, con la presión añadida que supone no tener un relevo generacional para los 400 sacerdotes que actualmente hay en la capital aragonesa y cuya media de edad es de 67 años. Por este motivo, la Conferencia Episcopal Española ha lanzado una campaña publicitaria en busca de sacerdotes a los que les ofrece, entre otros alicientes espirituales, "un trabajo fijo".

Una apuesta algo arriesgada por el materialismo que supone un ofrecimiento así, dentro de una profesión tan vocacional. "No tenemos ningún temor de que esta apuesta signifique una puerta de entrada a personas sin vocación por el Evangelio", replicó ayer Alfonso Palos, rector del Seminario de Zaragoza durante la presentación de la campaña. Palos se apoyó en el "gran sacrificio" que le supone a un seminarista llegar a ser sacerdote: "Hay que formarse durante seis años, además del estudio de los valores espirituales y pastorales los fines de semana", trasladó.

Sin embargo, los números sí que alertan a la Iglesia de que la situación que viven es de crisis numérica y vocacional. En Zaragoza hay 33 seminaristas, además de cuatro que proceden de Teruel y otros dos de Barbastro. Pero la procedencia de estos está más allá de las fronteras españolas. "Tenemos nueve españoles, uno de Rumanía, uno de Polonia, otro de Venezuela, uno de Togo y dos de Cabo Verde. El resto son colombianos", enumeró Palos. Es decir, 18 de los 39 futuros sacerdotes que estudian en Zaragoza, un 72%, son extranjeros. ¿Es esta la indicación de que existe una crisis vocacional? "La falta de vocación es generalizada en toda la sociedad e influye a la Iglesia porque no logramos revertir esta sustitución y nos asustamos por ello", admitió el rector.

Durante la campaña que el Seminario de Zaragoza celebra este fin de semana, mañana a partir de las 17.00 horas se organizará una jornada de puertas abiertas a la institución, con la que se podrá conocer mejor el día a día de los seminaristas. Además, el Seminario ha creado una web con la que pretende "abrir a la participación la labor del sacerdote", explicó Pablo Vadillo, un seminarista de segundo curso.