Algunos dicen que Dios hizo al hombre a su imagen y semejanza, y otros aseguran que la creación fue más bien a la inversa. Sea como fuere, las características humanas que se atribuyen a las representaciones religiosas van en muchas ocasiones más allá de la mera imagen. Es el caso del Cristo de la Cama, que ostenta el título de capitán general del Estado por haber sobrevivido a un balazo y un golpe de bayoneta durante su accidentado rescate del Convento de San Francisco. Corría el 1809, cuando una zaragozana, María Blázquez, encontró en el destruido convento al Cristo, único superviviente de los 17 pasos que allí se guardaban. Avisó a cuatro hombres y llevaron la talla de madera en presencia de Palafox, que adoró la imagen y ordenó que la situaran en el Pilar. Durante el trayecto recibió los impactos de bala y bayoneta, causas del citado nombramiento que justifica que cada vez que sale de la Iglesia de Santa Isabel de Portugal (más conocida por San Cayetano), suene el himno nacional. Es la anécdota derivada de una historia que se repetirá este sábado, 200 años después de que sucediera.

"En 1809 fueron los zaragozanos los que defendieron la ciudad y rescataron al Cristo de entre las ruinas. En el bicentenario queremos representar la historia y que también sea el el pueblo el que la protagonice", comentaba Ernesto Millán, Hermano Mayor presidente de la Hermandad de la Sangre de Cristo, la entidad organizadora del acto y garante de la talla religiosa. Su voluntad no se queda en palabras; todas las cofradías de Zaragoza y las asociaciones vinculadas a la Semana Santa van a participar en la procesión. "Nuestra hermandad es la organizadora pero hemos buscado la unión de todas las cofradías, es un acto por y para el pueblo de Zaragoza", contaba Ernesto.

No lo harán solo presencialmente, sino con sudor y esfuerzo, pues el Cristo irá sobre una peana de nueve metros y 500 kilos que llevarán sobre sus hombros 84 personas. Un soporte que no se utilizaba desde 1935, año en el que una huelga de terceroles (los que portaban la peana) acabó con la tradición. Recuperarla ha precisado ensayos durante cuatro fines de semana y muchos cálculos ya que además de organizar por alturas a los portadores, 28 en cada turno, los centímetros de diferencia entre las parejas se igualan con tablillas en los hombros. "Pedimos que fueran con los mismos zapatos que iban a llevar, explica Ernesto. La vestimenta también será característica, pues los hábitos de los cofrades se mezclarán con vestidos tradicionales y trajes de calle:"El fin es que todo el mundo que vea la procesión se sienta que lleva el Cristo". Varias asociaciones como la Agrupación Cultural El Rabal o el Batallón de Infantería Voluntarios de Aragón participarán también en el acto.

Es parte de la preparación de un homenaje que tendrá tres momentos principales. En la plaza de Justicia, lugar de inicio de la procesión el sábado a las seis, se descubrirá una placa conmemorativa en cerámica de Muel que recordará el hecho histórico. El desfile llegará a la plaza de España, donde se hará, frente a la Diputación Provincial (antiguo convento de San Francisco), la ofrenda de flores y de dos corona de laurel, una de ellas portada por mujeres en homenaje a María Blázquez. La procesión continuará hasta la plaza de la Seo, donde el general Juan Pinto intervendrá como en su día lo hizo Palafox. El Cristo se llevará luego a la basílica del Pilar para permanecer allí hasta el día 25 de febrero. Después volverá a San Cayetano