Cuenta la leyenda que un peregrino enfermo llegó a Calatorao solicitando asistencia. Una vez sanado se comprometió a construir en tres días una imagen de Cristo crucificado. A los tres días el peregrino había desaparecido y en el lugar que utilizó como taller apareció la imagen del Santo Cristo de Calatorao. Esta historia, que ha permanecido en el imaginario colectivo del municipio desde la aparición de la imagen en 1520 hasta nuestros días, ha recibido un nuevo impulso desde la retrasmisión de un documental en el espacio televisivo Cuarto Milenio.

El Cristo de Calatorao, conocido como el Cristo de los Milagros, el Tostao de Calatorao o el Cristo de los Endemoniados, durante años recibió la visita de miles de peregrinos que llegaban a la localidad en trenes especiales fletados expresamente para asistir a las celebraciones religiosas del día 14 de septiembre y pedir su favor para la solución de problemas o la sanación de enfermedades. Desde la emisión del programa esta concitando de nuevo la atención de gran cantidad de personas que, movidos por su fe, por motivos artísticos o simplemente por curiosidad, están llegando a la población.

«Desde el día 1 de mayo esto es un río --afirma el padre Álex, párroco de la localidad-- hemos encontrado como un resurgir de la fe en la gente que nos visita, aunque no podemos nombrar todos están llegando de puntos tan dispares como las Cuencas Mineras de Asturias, Cádiz, Madrid o Barcelona, Ciudad Real, Bilbao, Tudela, Pamplona, Valencia, Córdoba, Sevilla, Lourdes, de la propia Zaragoza y también ciudadanos sudamericanos que residen en España. En menos de dos meses cerca de 400 personas han pasado por la capilla de nuestro Santo Cristo. Es verdaderamente espectacular la impresión que nuestra imagen está causando a los visitantes, han venido incluso médicos que se han quedado maravillados de la perfección de su acabado, dicen que se puede dar una clase de anatomía».

La parroquia de Calatorao, ante la avalancha de nuevos peregrinos está atendiendo las visitas para que nadie se quede sin ver la talla. «Hemos habilitado unos teléfonos para que nadie pierda el viaje --prosigue el párroco-- y en el interior hemos colocado un libro de visitas para que los peregrinos puedan dejar sus sentimientos en relación con él así como una hoja de peticiones para leer en las misas».

OBRA RENACENTISTA // El Cristo de Calatorao es una obra del Renacimiento de la que se desconoce su autor. Desde 1520 su figura va acompañada del misterio sobre sus milagros y la leyenda sobre su origen. No obstante estudiosos del Santo Cristo encuentran similitud entre la talla de Calatorao y algunas obras de Gabriel Yoli, un escultor francés afincado en España que perfeccionó su manera de trabajar en Florencia, muy posiblemente en contacto directo con el maestro italiano Miguel Angel Buonarroti.

El incremento de las visitas al Cristo de Calatorao va a coincidir en el tiempo con la representación que el grupo Majarbit Teatros realizará el próximo sábado, 1 de julio, por las calles de la localidad. La obra a la que han llamado Esta Nuestra Talla versa sobre la leyenda de la aparición del Santo Cristo en la localidad, esculpida por un ángel-peregrino.

El proyecto que impulsa la Asociación Barbacana y que ha sido organizado por el propio colectivo y el Ayuntamiento de Calatorao, es fruto de un año de trabajo y muchas horas de preparación. Para María Palomino, una joven vecina que interviene en la representación y es además directora y guionista, «ha sido un proyecto interesante, he seguido un minucioso trabajo sobre los textos y datos históricos que me facilitó Barbacana y los he adaptado para que nos permita realizar la representación recorriendo las calles de Calatorao desde la iglesia hasta el lugar donde cuenta la leyenda que apareció la imagen».

El grupo Majarbit Teatros está formado por ocho alumnos del IES Pedro de Luna de Zaragoza. Son estudiantes del Bachillerato de Artes y formaron parte del grupo de alumnos del instituto que obtuvo en 2016 el Premio Nacional Buero de Teatro Joven en categoría escolar con la obra La Iliada.

María Palomino no oculta la dificultad que supone esta representación. «Es la primera vez que hacemos un trabajo en la calle, los desniveles no ayudan con el sonido, pero estamos ensayando para que la representación quede bien, no hay escenarios en la calle, las calles serán un escenario móvil en el que los actores iremos moviéndonos entre el público, haciéndolo caminar en la dirección que llevará la obra».

En este recorrido turístico teatralizado colaboran la parroquia de San Bartolomé, la cofradía Minerva Sangre de Cristo y la banda municipal de música Mariano Gracia.