El sindicato CSIF ha pedido explicaciones al Ayuntamiento de Zaragoza -concretamente a los consejeros de Servicios Públicos y Personal, Alberto Cubero y a la delegada de Policía Local, Elena Giner- por la cesión municipal de un local del Coso (el llamado Solar del Conejo) para una fiesta en la que consideran que se vilipendió la imagen del cuerpo. En concreto, por la exhibición en el cartel del lema UAPO disolución y la imagen de dos vehículos policiales hundiéndose en el agua.

La llamada Fiesta Antirrepresiva se celebró sin incidentes el pasado martes, víspera del Pilar, en este conocido solar de la Magdalena, con varias actuaciones musicales. Al sindicato le preocupa que desde el consistorio se fomenten estas actitudes en lugar de «defender a los 150 trabajadores» municipales que integran la Unidad de Apoyo Policial Operativo (UAPO), que operan «con absoluto respeto a la Constitución y al ordenamiento jurídico, con absoluta neutralidad política e imparcialidad y sin discriminación alguna por razón de raza, religión, sexo u opinión».

SIN ACTIVIDAD

Durante estos días los efectivos de la UAPO están desplegados para atender cualquier incidencia en las fiestas, pero está siendo un paréntesis en un largo periodo de escasa actividad, cada vez más recortada. Fuentes del cuerpo indicaban que, tras las ya publicadas por EL PERIÓDICO prohibiciones de prestar servicio en puntos conflictivos como el Rastro o el barrio de la Magdalena, poco a poco se les ha ido restringiendo el movimiento por otros como Delicias. O no entran, o al menos tienen que pedir un desacostumbrado permiso para hacerlo, indicaron las mismas fuentes.

En la última celebración de la patrona de la Policía Local de Zaragoza, el alcalde Pedro Santisteve y la concejala Giner vinieron a reconocer que la anunciada reforma del cuerpo, en concreto el compromiso electoral de la disolución de la UAPO, se la iban a tomar con calma.

Los sindicatos no solo afean este eterno ostracismo de la unidad, sino la falta de defensa de los agentes por parte de los responsables municipales, frente a las críticas frecuentes que reciben los efectivos en múltiples foros. Algunos de ellos, como el sindicato CSL, han planteado incluso querellas -por el momento, un acto de conciliación- contra un medio de comunicación en internet que atribuía a los agentes delitos como la tortura o la detención ilegal.

Mientras, las futuribles unidades de violencia de género o en bicicleta tampoco se acaban de concretar.