Las maletas se han convertido en un objeto sospechoso. Desde que el pasado 24 de diciembre la Policía interceptó en el Intercity Irún-Madrid dos maletas cargadas con 50 kilos de explosivos dejadas por dos miembros de ETA, el equipaje que llevan consigo quienes viajan en ferrocarril es un verdadero quebradero de cabeza para los servicios de seguridad.

Pese a que Renfe emitió el viernes una nota en la que afirmaba que el último episodio terrorista no había supuesto un incremento de las medidas de seguridad en estaciones y vías férreas, lo cierto es que ayer guardias de seguridad uniformados y policías de paisano peinaban discretamente el amplio vestíbulo de la estación del AVE observando la pequeña aglomeración de viajeros y familiares que se producía con la llegada o partida de los trenes.

Además, los propios viajeros tenían la impresión de que la flamante estación zaragozana era un lugar más vigilado que de costumbre. "En Lérida he tenido que pasar la bolsa de viaje por la cinta de un escáner, que es lo normal, pero en Zaragoza, en los andenes y en las escaleras mecánicas, he notado que había policías y vigilantes pendientes de todo", declaró Rosa Grau, una viajera que había llegado en el AVE de las 11.58 horas desde la ciudad catalana.

Por otro lado, cada vez que llegaba o partía un tren, los altavoces de la terminal difundían el mismo mensaje: "Rogamos a los señores clientes que extremen las precauciones con el equipaje y los efectos personales".

El tren procedente de Castejón de Navarra entró ayer con retraso en la estación de Delicias, pasadas las 12.30 horas, y con pocos viajeros. "No he notado nada especial", dijo uno que se había montado en la estación de Tudela. "En Tudela, desde luego --añadió--, no hay tantos medios de control como en Zaragoza, pero aun así puede que hubiera como más vigilantes jurados, aunque no estoy seguro, no viajo mucho en tren".

Los responsables de la seguridad en la estación insistían, por su parte, en que "todo sigue igual que hasta ahora". "Todas las maletas, paquetes y bultos del equipaje que bajan a los andenes se revisan antes en el escáner", señaló ayer uno de los empleados de la estación de Delicias - Zaragoza.

"Esta medida de control --explicó-- se implantó desde el mismo momento en que se abrió la estación, el pasado mes de octubre, y el hecho de que hace unos días se hayan encontrado dos maletas con bombas de gran potencia en una línea de tren no ha supuesto ningún cambio".

"Aquí se realiza un control exhaustivo del equipaje de los pasajeros, subrayó el encargado del escáner situado en el acceso a los andenes. "Por esta puerta pasan todos los viajeros que salen hacia cualquier destino, vayan en el tipo de tren que vayan, regional, AVE o Intercity, y todas sus maletas y bolsas de mano se radiografían para comprobar que no contienen armas o explosivos".