El antiguo cuartel de General Mayandía permanece desde este fin de semana acordonado por vallas municipales, en la zona de la calle que le da nombre. El viento que sopló el viernes, pese a no ser especialmente intenso para lo que es costumbre en Zaragoza, causó varios desprendimientos, y entre ellos el desplome de un trozo de alero en el inmueble. Algo que viene a ratificar las reiteradas quejas de agentes y sindicatos sobre el ruinoso estado de la instalación, y el peligro que supone. Cabe recordar que no solo los agentes, sino los visitantes que acuden, por ejemplo, a poner una denuncia, pasan por esa zona.

El asunto no es ni mucho menos nuevo, de hecho el Gobierno central lleva prometiendo demoler el edificio y construir allí una nueva Jefatura Superior de Policía desde el 2006. Pero las estrecheces económicas han demorado sine die el proyecto. Simplemente para adecentar el inmueble se calcula que costaría unos dos millones de euros. Mientras, los desprendimientos siguen a la orden del día, y recientemente hubo otra caída de cascotes que dañó la luna de un vehículo.

Pero no es el único achaque que presenta el edificio, y que ha motivado al Sindicato Unificado de Policía (SUP) a buscar el apoyo de los grupos políticos en este asunto. Según un informe de la inspección técnica de edificios, prácticamente lo único que tiene en buen estado son los cimientos. Los aleros y voladizos, así como claraboyas, antenas e incluso ventanas, tienen riesgo de caída; también la instalación eléctrica tiene riesgos, mal dimensionada y aislada.