Yasmina Esteban vio una oportunidad en saber usar la caja registradora que el jefe de la charcutería en la que trabajadora. Se inventó aplicar una serie de descuentos en las ventas de productos que realizaba para así ganar un salario extra. Como consecuencia de ello, consiguió apropiarse de forma indebida 2.500 euros. Ayer, ante los magistrados de la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Zaragoza reconoció los hechos y se comprometió a devolver la cantidad que se había quedado.

Una acción que evitó la posibilidad de ser condenada a una pena mayor, ya que la Fiscalía y el abogado de quien fuera su jefe llegaron a un acuerdo con ella. De los tres años de prisión a los que inicialmente se enfrentaba, aceptó seis meses de prisión como autora de un delito de apropiación indebida. La enjuiciada trabajó para este establecimiento situado en el popular mercadillo Teruel de la capital aragonesa, desde el 24 de septiembre del 2013 hasta el 3 de marzo del año pasado, cuando fue despedida disciplinariamente por haberse apropiado de manera continuada de esa cantidad.

El ministerio público criticó, a través de su escrito de acusación, que la víctima del robo tuvo la necesidad de pedir una línea de crédito porque las planificaciones de liquidez le habían fallado de un día para otro y tenía unos gastos extras a los que no podía hacer frente en ese momento.

De hecho, el denunciante se enteró de que estaba siendo robado por su propia empleada cuando observó que no le cuadraban las ventas de los productos con el dinero que ingresaba. Es por ello que un día, según admitieron las acusaciones, el dueño de la charcutería pidió al proveedor de la máquina registradora que le diera un cursillo del manejo de la misma. Tuvo acceso al histórico de ventas y comprobó que, desde que Yasmina Esteban estaba trabajando junto a él, figuraban una serie de descuentos injustificados. Le había robado. H