En anteriores artículos han sido aludidos directa, indirecta o circunstancialmente, nuestros dirigenes políticos. Veamos qué han dicho y sobre todo hecho, en los últimos tiempos. En especial el Gobierno de Aragón y la Diputación de Zaragoza, en conexión con la Universidad. He adelantado que no hace mucho, el presidente Javier Lambán declaró que el tema de la despoblación era «una cuestión de Estado».

Diré antes de nada que si José Luis Soro ha hecho y hace cuanto resumiré, es porque la CHA sustenta y participa en el Gobierno de Lambán, y éste asume, apoya y aun complementa muchos de esos gestos, comenzado por los legales, como es natural. Y a seguido manifestaré mi gran satisfacción porque con esa alianza y tan activos e imaginativos esfuerzos, en este y otros temas, Soro esté resultando tan excelente consejero del Departamento de Departamento de Vertebración del Territorio, Movilidad y Vivienda.

A comienzos de este año, desde ese departamento se elaboró la Directriz Especial de Política Demográfica y contra la Despoblación, que fue aprobada en Consejo de Gobierno. Este instrumento traza una estrategia a largo plazo y establece numerosas actuaciones encaminadas a procurar atajar la enfermedad de la despoblación que sufren tantas comarcas de Aragón. También se ha puesto en marcha un Fondo de Cohesión Territorial, dotado con dos millones y medio de euros que gestionará el departamento desde la Dirección General de Ordenación del Territorio.

Soro explicó cuando presentó la directriz, -le resumo-, que «no se trata de un simple estudio, es una norma ejecutiva con rango de decreto, que se convierte en un instrumento territorial fundamental, exhaustivo y transversal, que traza una estrategia a largo plazo y, además, establece numerosas actuaciones», centradas en: acceso universal a internet y a la telefonía móvil; ayudar a las personas mayores y a quienes no pueden disponer de vehículo propio o no pueden conducir; equipamientos y servicios básicos; escuelas infantiles y comedores escolares; procurar que los empleados públicos (en particular maestros y sanitarios) puedan fijar su residencia en el medio rural; mejorar la fiscalidad de las empresas; ayudas al emprendimiento en particular por parte de mujeres. Incluir en los presupuestos de la comunidad el Fondo de Cohesión Territorial, para promover actuaciones de desarrollo territorial (especialmente creadoras de empleo) en los territorios con renta territorial inferior al promedio de Aragón.

A partir de ahora, todos los agentes implicados, todas las administraciones públicas y la sociedad civil, debemos trabajar en equipo, coordinados, con objetivos y estrategias comunes. Y, por supuesto, implicar de forma decidida tanto al Gobierno central como a la Unión Europea».

Hasta ahora, la reacción a los problemas demográficos y poblacionales de Aragón ha sido desde un interiorizado pesimismo. Durante mucho tiempo, nos hemos instalado en la frustración, en la desesperanza, en la queja por el agravio, incluso en el victimismo. Debemos cambiar radicalmente esta actitud… Tenemos que poner en valor el potencial de medio rural, hablar de lo bueno, de las oportunidades, de los recursos. Tenemos que hablar menos de despoblación, y empezar a hablar de repoblación...

Otras muchas propuestas han surgido en los medios aragoneses, en diversas entidades que han organizado ciclos y debates (el Justicia, La RSEA de Amigos del País, Agrigarte de Teruel, la Asociación de Directivos y Ejecutivos de Aragón, APUDEPA.

La creación de una cátedra

Quizá al leer este «estado de la cuestión» se ha echado en falta una fundamental coordinación de todos los organismos afectados. Pues bien: la Diputación provincial de Zaragoza puso en marcha hace un año un Consejo provincial de desarrollo rural y contra la despoblación al que se han incorporado el Gobierno de Aragón, los sindicatos, organizaciones agrarias y empresariales, la Universidad, el CEDDAR, etc. Y ha apoyado la creación de una cátedra sobre este tema que dirige el ya citado profesor Luis Antonio Sáez, partidario de afrontar «un problema real… Hay que cambiar la mirada y la forma de acercarse al reto y cómo resolverlo y plantearse las respuestas».

La DPZ destinará 40.000 euros a esta cátedra colaborando con la Universidad de Zaragoza. El objetivo: «revertir la tendencia» del éxodo rural en Aragón. Sáez se propone buscar soluciones para que «la gente se asiente en el mundo rural con empleo» y asesorar a empresas que se quieran instalar procurando bonificaciones en la Seguridad Social y en el impuesto sobre la renta para empresas, reducción de cargas administrativas, Ya están en marcha los Encuentros en la tierra adentro, un premio a una tesis doctoral acerca de la despoblación, un curso universitario de verano: el primero, celebrado hace un año en Fonz.

Y, por supuesto, se han prodigado reuniones, contrastes de ideas, con grupos políticos, económicos, sociales, de otras comunidades, como el seminario celebrado en Soria sobre Políticas Comunitaria, Nacional y Regional para la repoblación de la España vacía organizado por Presura. Los grupos LEADER de Teruel, junto a los de Cuenca y Soria, tratan de convencer a las instituciones de la necesidad de abordar estrategias comunes e innovadoras. Por ejemplo esas tres confederaciones empresariales crearon la Red SSPA en 2014, un lobi inscrito en el Registro de Transparencia de la Unión Europea presentando en 2017 el primer y único proyecto de cooperación entre Grupos LEADER inter-autonómico.

Pero, ay, a mediados de junio de este 2018, Javier Allué, representante autonómico sobre el reto demográfico, comunicaba desolado que la despoblación no estaba considerada como uno de los objetivos prioritarios de la Unión Europea y no habría fondos específicos. Se ha pensado reorientar las peticiones, referidas en el periodo 2021-2027 a innovación, cambio climático y generación de empleo, potenciando la capacidad de gestión y aunando voluntades. El responsable de Asuntos Europeos de CHA, Martínez Tomey considera que «tenemos que buscar aliados, complicidades institucionales y sociales para revertir la situación. Como administrados europeos tenemos derecho a reclamar con toda nuestra energía, y de ahí nuestro impulso a la campaña de recogida de alegaciones». Además de coincidir con otros políticos en singularizar nuestros problemas a la manera que lo hizo Escocia en los años 70, propuso la creación de una Agencia Aragonesa de Desarrollo Rural que canalice los recursos actuales y futuros.

Cuesta entender que la Comisión Europea haya hecho caso omiso al mismísimo Parlamento Europeo, así como al Comité Europeo de las Regiones sobre esta materia, que incluía propuestas concretas para atender la realidad de las zonas europeas, que como Aragón, sufren la lacra de la despoblación. Hay que seguir luchando, pues.

Pero, en todo caso, creo que ya no resulta exacto lo que escribiera hace unos meses Guillermo Fatás: «Que buena parte de los municipios aragoneses no puedan subsistir razonablemente es un problema arduo, pero eso no es excusa para que nadie se atreva a abordarlo».

Somos

como esos viejos árboles

batidos por el viento

que azota desde el mar.

Hemos

perdido compañeros,

paisajes y esperanzas

en nuestro caminar...

Vamos

a hacer con el futuro

un canto a la esperanza…

(José Antonio Labordeta)