El transporte de los arcos islámicos que están depositados en la Aljafería desde el 2008 y que ha reclamado el Ministerio de Cultura para que vuelvan al Museo Arqueológico Nacional cuesta 50.000 euros, una cantidad que en pleno alud de recortes parece un motivo suficiente para que esos arcos sigan en Zaragoza. El organismo estatal ha confirmado en una respuesta parlamentaria al diputado de CHA, Chesús Yuste, el importe de este traslado, y también ha confirmado lo que ya adelantó este diario: que el Gobierno central exige su vuelta sin posibilidad de negociar una nueva prórroga. El ministerio ya ha enviado al presidente de las Cortes su exigencia de que estos arcos, que fueron donados en el siglo XIX por Zaragoza al museo arqueológico de Madrid, sean devueltos. Es la primera vez que la administración estatal admite explícitamente que ha exigido su vuelta. También se afirma en la respuesta que no hay posibilidad de negociar otra prórroga.

La pelota está ahora en manos de la Mesa de las Cortes, que tiene interés en que estas piezas, de incalculable valor histórico ya que representan una de las más interesantes manifestaciones de arte islámico temprano, y son las más septentrionales que se conocen, sigan formando parte del atractivo del palacio de la Aljafería de Zaragoza, en la que están expuestas desde el 2008. Entonces fueron cedidas por el Ministerio de Cultura con motivo de la Expo de Zaragoza y la conmemoración de los 25 años de autonomía. El anterior Ejecutivo autonómico y la anterior Presidencia sí consiguió negociar con el ministerio una prórroga.

Estas piezas estaban en el depósito del museo, aunque en la respuesta al diputado de CHA se recuerda que forman parte de la "exposición permanente" desde 1868. Las Cortes sí renovaron el seguro que cubre por importe de 20 millones de euros el valor de siete capiteles, cuatro frisos decorativos de más de mil años de antigüedad, dos arcos mixtilíneos y un rosetón del siglo XIV.