La Guardia Civil detectó en las 50 inspecciones realizadas este verano en Zaragoza 268 infracciones relacionadas con la venta de tabaco, la mayoría relacionadas con el quebrantamiento de la norma de no vender a puntos de venta con recargo (fundamentalmente bares) fuera de su zona. Las sanciones, según los datos aportados por el instituto armado, oscilarían entre los 3,4 y los 32,1 millones de euros, en función de la gravedad que determine el Organismo autónomo comisionado para el mercado de tabacos.

Según explicaron fuentes del cuerpo, el fraude detectado se basa en un tipo de práctica monopolística que afectaba al propio gremio de estanqueros, y que de hecho había causado malestar entre la mayor parte de ellos.

Unos pocos, según detectó la Guardia Civil, se aliaban con maquineros, como se conoce a los propietarios de las máquinas expendedoras, y que actualmente por ley solo deben cobrar por el alquiler y mantenimiento de estos aparatos. Sin embargo, lo que hacían era proveer de tabaco a los bares, de los mismos estancos, con lo cual se saltaban la norma de que los establecimientos solo han de comprar el producto a las expendedurías más cercanas. Los dueños de los bares no lo sabían, y de hecho no hay denuncias formuladas contra ellos.

Además de este fraude, algunos estancos también compartían empleados, otra práctica proscrita en la profesión por su normativa.