--Nos deben preocupar las altas temperaturas que estamos viviendo estos días?

--Más que preocuparnos, debemos tomar precauciones. Ser conscientes de que el calor en sí puede provocar directamente la muerte. Eso sí, la incidencia del golpe de calor es bajísima. Si en una década hubo 6.500 muertes asociadas a las altas temperaturas, tan solo 130 lo fueron por estos episodios. El calor agrava otro tipo de patologías y por tanto, amenaza la salud de personas con enfermedades previas.

--¿Qué grupos de riesgo?

--Especialmente los mayores de 75 años con patologías de base. Sabemos que el impacto es mayor en mujeres que en hombres, y hay más propensión a accidentes cerebrovasculares agudos.

--¿Cómo se puede poner remedio?

--Son fundamentales la activación por parte de las administraciones de los planes de prevención, que varían a partir de una determinada temperatura en cada provincia. En Zaragoza a partir de los 36 grados. Estos planes de prevención están funcionando y hemos notado un descenso en la mortalidad por el calor, aunque no la eliminarán. Donde se ha reducido es en el grupo de más riesgo, en los mayores, porque se adquiere conciencia de que hay que hidratarlos, evitar salir a las horas de calor... Es en los grupos de menos riesgo, como de los 18 a los 45 años, donde ha aumentado por desoír las recomendaciones. Y donde no hay mortalidad es en los menores de un año. Porque sus padres están muy atentos y actúan con sentido común, y porque a esas edades las arterias tienen una gran capacidad de adaptación.

--¿El aire acondicionado es negativo?

--Siempre será un mal menor tener molestias en la nariz o en la garganta. y hay que usarlo con raciocinio. Pero está demostrado que el impacto del calor siempre es más negativo en personas que no tienen aire acondicionado, gente que vive en la calle, mujeres que hombres, personas de raza negra que blanca, personas en desempleo que ocupadas o con menos recursos.

--¿Además de la salud física, afecta también a la mental?

--Hemos hecho grupos de especial vulnerabilidad y en él se encuentran las personas con enfermedades neurodegenerativas, con alzheimer, parkinson o demencia… porque su biología hace que regulen mal la temperatura o bien por los medicamentos que toman. Otro grupo vulnerable es el de las embarazadas. El calor es capaz de adelantar un parto, por lo que se recomienda a las embarazas no exponerse al sol a partir de la semana 37 de gestación.

--¿Hay relación con la criminalidad?

--Nos vuelve más irascibles. Precisamente estamos estudiando su relación con muertes violentas, la violencia de género o el suicidio, pero nos faltan datos para establecer una teoría fiable.

--¿El frío afecta más o menos?

--Los mecanismos son diferentes. Tenemos el estudio comparativo que nos dice que En España, del 2001 al 2009 hubo más mortalidad asociada al calor que al frío, pero hay más olas de calor que olas de frío, por lo que la mortalidad diaria es mayor en invierno. Si en épocas de calor, 3 de cada cien fallecimientos son asociados a la temperatura, en invierno 3,5 se asocian al frío.

--¿El organismo se adaptará al aumento de temperaturas por el cambio climático?

--Ahí está el tema. No podemos hacer demasiadas precdicciones porque son muchos los factores ambientales y socioeconómicos a tener en cuenta, pero en el 2100 la mortalidad se puede elevar por el efecto de las temperaturas extremas. También cambiarán los planes de prevención, con lo que habrá que ver su incidencia.