El director general de Innovación, Equidad y Participación, Jesús Garcés, reconoció ayer que el proceso de reparto proporcional de alumnos con necesidades en los centros «no es sencillo», entre otras cosas porque cuando un alumno está escolarizado en su entorno es «muy difícil» sacarlo de él, y por eso hay que ser «muy cuidadosos», dijo.

Pero a partir de ahora, reiteró Garcés, «sí que habrá un porcentaje máximo de niños con necesidades», repartidos por municipios, por zonas en el caso de las grandes ciudades y, finalmente, por centros.

El decreto de inclusión del Gobierno de Aragón —que se espera que esté aprobado antes de que se publique la orden de escolarización del curso 2018-2019— posibilitará el reparto de los alumnos con necesidades especiales en todos los centros sostenidos con fondos públicos y supondrá «un incremento de recursos», según dijo Garcés ante la Comisión de Educación.

El objetivo del decreto, añadió, es «conformar un nuevo modelo de escuela inclusiva», superando el concepto de «integración», para lo que será necesario habilitar recursos adicionales.

Entre otras cuestiones, la medida prevé la creación de una red integrada de orientación educativa, prestar especial atención a la atención temprana para fomentar el diagnóstico precoz de los alumnos con necesidades educativas especiales (Acne) y de los alumnos con necesidades específicas de apoyo educativo (Acneae).

Garcés insistó en la importancia de la tarea de los tutores y profesores para lograr la inclusión, primero con adaptaciones no significativas, como cambiar a los niños de sitio o adaptar los exámenes, antes de introducir otras medidas como son los recursos especializados o la adaptación curricular. Se recuperarán, además, las asesorías de convivencia y se implementará un plan de igualdad de género.