La derivación de enfermos desde un hospital a una residencia para recibir allí atención sociosanitaria se pondrá en marcha este mismo año. El Departamento de Sanidad confía en que la ejecución de este plan piloto que llevará a cabo Aragón se lleve a cabo en "un par de meses" en la residencia de Utebo, donde se creará la primera unidad de convalecencia sociosanitaria, que acogerá diez camas. La segunda se abrirá en Movera, que, de momento, está cerrada.

El consejero de Sanidad, Ricardo Oliván, anunció ayer en Santiago, sede del Consejo Interterritorial, la inminente puesta en marcha del modelo a través de la coordinación del Salud y el Instituto Aragonés de Servicios Sociales (IASS).

Se destinará a la atención de personas que no puedan realizar actividades básicas de la vida diaria cuando, ingresados en un hospital general o de convalecencia, estén en disposición del alta médica pero requieran de un tiempo como consecuencia de procesos crónicos de enfermedad u otras patologías, ya diagnosticados y estabilizados.

Así, el paciente, que no deberá asumir ningún copapo, deberá residir en Aragón, encontrarse en situación de dependencia funcional, con o sin valoración efectiva y, a su vez, carecer de suficiente apoyo familiar o social.

Entre los enfermos que podrían acceder a esta unidad figuran afectados por procesos neurológicos (ictus, Parkinson, neuropatías), traumatológicos (artroplastia de cadera, rodilla, hombro o columna), reumatológicos, cardiopatías o neumopatías susceptibles de mejora con tratamiento rehabilitador.