Los residentes de dos urbanizaciones de Yesa serán desalojados temporalmente la próxima semana como consecuencia de los problemas de inestabilidad que presenta la ladera izquierda, donde las precipitaciones caídas las tres últimas semanas, que suman 280 litros por metro cuadrado, han provocado corrimientos de tierras.

El desalojo afecta a más de 60 viviendas ubicadas en las urbanizaciones Lasaitasuna y El Inglés. La mayoría son segundas residencias, pero en ocho de ellas viven familias de la localidad que tendrán que ser realojadas.

La Asociación Río Aragón-Coagret, que se opone al recrecimiento del embalse de Yesa, denunció ayer que el desalojo vuelve a poner de manifiesto la peligrosidad de asentar los extremos de la nueva presa en unas laderas inestables. De hecho, la Confederación Hidrográfica del Ebro está invirtiendo en estos momentos 30 millones de euros en la consolidación del estribo derecho.

"Para asentar la ladera habrá que mover miles de metros cúbicos de tierra", señaló ayer Miguel Solana, portavoz de la Asociación Río Aragón-Coagret, que informó de que seis máquinas, entre excavadoras y retroexcavadoras, están trabajando ahora en la zona.

En un comunicado emitido ayer, los opositores al proyecto manifestaron que "ha llegado el momento de abandonar definitivamente el recrecimiento de Yesa", pues en su opinión pone en peligro la seguridad de numerosas poblaciones y miles de personas.

"El agravamiento de los deslizamientos de tierra en la ladera derecha del pantano no hace sino ratificar las denuncias en este sentido que llevamos realizando desde hace años", señalaba la nota de la entidad.

Por otra parte, la CHE manifestó el martes que las obras que se realizan en la ladera derecha de Yesa ya estaban previstas con anterioridad y que solo se han adelantado, a causa de las abundantes lluvias caídas desde mediados de enero. Además, señaló que sus técnicos detectaron un movimiento "muy lento" en la ladera, por lo que había que actuar en la zona.