Los trabajos de exhumación en la fosa del cementerio de Ricla permitieron ayer descubrir los restos de los cinco asesinados en la localidad el 14 de agosto de 1936. Todo parece indicar que se trata de los restos de las vecinas de Morés Petra Lozano Forcén y Lorenza Morlanes Serrano, así como los ferroviarios (que entonces trabajaban en el último municipio) Zacarías Arranz Pascual, Tomás Sanz Lorente y Sebastián rueda Camacho.

Para saberlo con certeza habrá que esperar al análisis de antropólogo forense en Madrid. La Asociación por la Recuperación e Investigación Contra el Olvido (ARICO) y la asociación para la recuperación de la Memoria Histórica Charata de Uncastillo confían en concluir los trabajos de exhumación entre hoy y mañana, dibujos y análisis de la arqueóloga incluidos, y enviar los restos para su análisis.

Lo que han comprobado hasta ahora es que son tres los que presentan «evidentes» lesiones por disparo en la cabeza, según detallaba el presidente de ARICO, Miguel Ángel Capapé. Anteayer ya descubrieron un cráneo perforado, y ayer completaron las catas, pese a las complicaciones de la lluvia. No por el agua, sino por la falta de luz que obligó a parar en determinados momentos.

Los voluntarios no descartan que los demás también fueran asesinados de un tiro de gracia, pero los restos hallados ayer no permiten asegurarlo hasta el análisis forense. H