La política está llena de paradojas. ¿La última? Reparemos, por ejemplo, en que la despoblación, el envejecimiento y dispersión de los habitantes puede llegar a convertirse, paradójicamente, en una fuente de riqueza.

Pero lo será sólo si triunfan en el Congreso de los Diputados las tesis de los cuatro presidentes autonómicos que han lanzado la propuesta de incluir el grave problema demográfico de sus Comunidades en los presupuestos estatales; presidentes entre los que se contaba el aragonés, Javier Lambán, junto con otro socialista (Javier Fernández) y dos populares (Alberto Núñez Feijoo y Juan Vicente Herrera).

Dicha propuesta fue apoyada en líneas generales por el propio Mariano Rajoy en su reciente visita a Zaragoza. El presidente instó a los socialistas a llevar a cabo esa innovación conceptual, la de la despoblación como seña de identidad de determinadas Comunidades y provincias españolas dentro del marco de un nuevo sistema de financiación para las Comunidades Autónomas.

 Tómese a don Mariano la palabra.

Sus propios diputados, para comenzar, los populares aragoneses con escaño en el Congreso y en el Senado (¿hay alguien ahí?) ya tienen trabajo: diseñar con urgencia partidas económicas inspiradas en la despoblación para incluirlas en los presupuestos del ministro Montoro y que puedan hacerse efectivas, cobrarse, este mismo año. Trabajo que perfectamente pueden emprender de común acuerdo con los diputados y senadores aragoneses del PSOE (¿hay alguien ahí?); y también, como no podría ser de otra manera, con los eurodiputados aragoneses del PSOE y del PP (¿hay alguien ahí?). Una vez nuestros esforzados parlamentarios hayan acordado y redactado las enmiendas (ojo, que es para estos días, no para el año próximo), presentarlas en el Congreso y aprobarlas en el marco de unos nuevos presupuestos o leyes será pan comido. Y así Aragón, en poco menos que canta un gallo, tendrá más financiación y verá reconocido y compensado el problema demográfico.

Entonces, si tan sencillo es, ¿por qué ninguno de estos diputados, senadores, eurodiputados, está trabajando ya, hoy, ahora, en la elaboración de propuestas o enmiendas? ¿Cuándo lo harán? ¿la semana que viene, el mes que viene, el año que viene?

La idea de Lambán era buena, solo que a lo peor no hay nadie para ejecutarla.