El Ayuntamiento de Alcañiz acordó ayer en junta de portavoces suspender la recreación del ‘Vencimiento del Dragón’ y la comparsa de gigantes y cabezudos previstos para la festividad de San Jorge para no impedir el paso de las máquinas que trabajan para asegurar el cerro Pui Pinos tras el derrumbe.

El lugar donde se celebra la recreación, la plaza España, es la zona de paso de los camiones que extraen la tierra del descabezado del cerro. «Organizar el ‘Vencimiento’ supondría paralizar las obras en la tarde del sábado y la mañana del domingo. No podemos parar los trabajos y que se produzca algún desprendimiento que ocasione nuevas afecciones. Nuestra prioridad es garantizar la seguridad en esa zona», afirmó ayer el alcalde, Juan Carlos Gracia Suso.

Los puestos de flores y libros se trasladarán de la plaza del Mercado a la calle Alejandre y también se mantienen los actos programados en la Glorieta.

Por otro lado, continúan los trabajos para garantizar la seguridad del talud en el que se produjo el desprendimiento el pasado martes y que obligó a evacuar a 33 vecinos. Una vez esté seguro se iniciarán los trabajos de la parte inferior, como retirar las cargas de las viviendas y limpiar la carretera, lo que permitirá que los vecinos cuyas casas no están afectadas puedan regresar a sus domicilios. Asimismo, desde ayer permanece abierta la oficina de atención a los afectados, gestionada por el departamento de Acción Social municipal.

AYUDAS / Además de facilitar alojamiento en un hotel y manutención en restaurantes, el ayuntamiento entrega a cada persona una ayuda económica de 100 euros. «Se trata de un apoyo para los gastos básicos derivados del desalojo», explicó la concejal de Acción Social, Gisela Barrio.

El desprendimiento de una ladera en el cerro Pui Pinos ocurrió en la madrugada del martes, y gracias al aviso de un vecino que escuchó ruidos y a la precaución adoptada por la Policía Local, que desalojó las viviendas, el derrumbe de tres de ellas no causó ninguna lesión. Fueron desalojadas 33 personas, algunas de las cuales se espera que puedan volver en breve a sus viviendas.

El análisis de los arquitectos reveló a lo largo de esta semana que el desplome se debía a un antiguo vertedero que se había desmontado, probablemente por algún tipo de filtración, arrastrando toda su carga y rocas hasta derrumbar las viviendas. Una relativa buena noticia, pues se temían que toda la zona fuese inestable y hubiera que adoptar medidas más drásticas que la estabilización en esta parte del municipio. Los trabajos para asegurar la zona y realojar a los vecinos cuyas casas no corren peligro avanzan a buen ritmo en la localidad.