El grupo de Atracos de la Policía investiga la autoría de un robo ocurrido el pasado lunes en el hospital Miguel Servet de Zaragoza, en el que una o varias personas reventaron 18 taquillas de un vestuario de la segunda planta. Según fuentes consultadas, todo apunta a que los responsables tenían que conocer bien la distribución del centro hospitalario, ya que no se trata de un cuarto abierto al público.

Pero el botín fue probablemente, escaso, ya que el personal se guarda de dejar objetos de valor en estas instalaciones. Ya hubo un precedente con una administrativa que fue sorprendida hurtando objetos de sus compañeros.

El robo se descubrió el martes por la mañana, en un pequeño vestuario de la planta de Medicina General, donde están los servicios de Endocrinología y Oftalmología. El personal descubrió la veintena de taquillas reventadas, en un vestuario teóricamente cerrado con llave, y avisó al 091. El grupo de Atracos analizó el cuarto y se hizo cargo de las pesquisas, al tratarse de un robo con fuerza.

Según los trabajadores del centro consultados, estas áreas no cuentan con cámaras de vigilancia, que están restringidas a los almacenes, para evitar el robo de medicamentos. Tampoco las vigila el personal de seguridad, que por lo general se limita a intervenir en agresiones.

De hecho, los vestuarios para el personal están ubicados en el sótano, pero al no haber suficientes para todos y por comodidad, el personal de cada planta usa las taquillas para dejar algunas pertenencias.