Los detallistas del Mercado Central de Zaragoza comienzan hoy su traslado hacia la carpa provisional de la calle Salduba. Y lo que debería ser un día de nervios mezclados con la ilusión por el futuro, se va a vivir «con mucha inquietud». Porque a falta de diez días para el estreno de este nuevo recinto, previsto para el 12 de abril, el ayuntamiento todavía no ha zanjado cómo piensa facilitar la ocupación de los 18 puestos que todavía siguen vacantes. Si no hace nada para evitarlo abrirá sus puertas con 56 de los 74 mostradores ocupados. O, lo que es lo mismo, con 18 persianas bajadas, una imagen que ya tienen en el viejo edificio de Lanuza y que los comerciantes quieren evitar a toda costa.

El presidente de la asociación que les representa, José Carlos Gran, aseguró a este diario que hoy mismo o mañana contactará con los responsables municipales para abordar una alternativa solución que ellos mismos le plantearon: la posibilidad de otorgar licencias temporales que tengan vigencia solo durante el tiempo que se desarrollen las obras. Y que se les conceda un trato preferente a quienes han apostado, con ilusión y con dinero, por continuar en el Mercado Central tras la rehabilitación. «Hemos pagado ya unos 70.000 euros de media para poder estar. Sería lógico que nosotros tuviéramos primero la oportunidad de ocupar esos mostradores que siguen vacantes», explicó en declaraciones a este diario.

UNOS 1.500 EUROS

De hecho, José Carlos Gran recordó que no sería de forma gratuita, ya que, según los cálculos que hace el ayuntamiento, rondaría «unos 1.500 euros» adicionales que ellos están dispuestos a pagar. «He sondeado la opinión de quienes vamos a continuar y estamos seguros de ser capaces de llenarlo», aseveró el presidente de la Asociación de Detallistas del Mercado Central. De hecho, considera que durante esos 14 meses que durarán los trabajos de rehabilitación, y que ellos tendrán que esperar para empezar a amortizar la importante inversión que han tenido que afrontar, algunos de ellos verán reducido su espacio actual a la mitad. Luego, cuando esté finalizado el nuevo mercado de Lanuza el espacio será mayor, pero la transición hasta ese momento hace que «pasen como mínimo dos años desde que hemos puesto el dinero hasta que empecemos a ver un retorno».

Es mucha la cuantía el que ya han aportado a financiar las obras. En la última Comisión de Urbanismo del Ayuntamiento de Zaragoza, el responsable del área, Pablo Muñoz, reconocía que la cantidad recibida ya supera los 2,9 millones de euros. Pero claro, la óptica tranquilizadora municipal no coincide con la inquietud de los detallistas.

Así, el edil de Zaragoza en Común (ZeC) advertía a la oposición de que este dinero ya iba a servir para costear y recepcionar de Ferrovial las obras del mercado provisional, que además luego, cuando culmine la rehabilitación, será reutilizado para llevarlo a algún solar de Delicias u Oliver-Valdefierro. Celebraba que era una inversión a futuro ya abonada con lo ingresado, por lo que no había que preocuparse por los 18 puestos vacantes. La viabilidad del proyecto no peligra en ningún momento, decía.

Pero la perspectiva del comerciante es otra. Primero porque abrir un nuevo mercado y mantener la imagen de persianas bajadas no es la más óptima para su actividad. Y segundo, porque ellos ya han manifestado estar dispuestos a pagar esos 1.500 euros adicionales para evitarlo. «Si hay algún puesto sin ocupar el día 12 será porque el ayuntamiento no ha actuado con la suficiente rapidez, no porque no haya posibilidades de que no suceda», expuso Gran. Y, además, con el desembolso que ya han hecho, todos los mostradores vacíos en el estreno se traducirán en más costes por el funcionamiento y mantenimiento, que se reparten entre los que sí abran.