El Salud ha declarado un caso de síndrome de Creutzfel-Jakob, clasificado entre las encefalopatías espongiformes transmisibles, una de cuyas variantes es el mal de las vacas locas, acaecido en la década de los 90.

Se trata de un proceso degenerativo neurológico, eminentemente cerebral que se caracteriza por un periodo de latencia muy largo y superior a los 10 años cuyos sintomas son demencia, transtornos sensoriales, transtorno locomotores, perdidas del tono muscular o alteraciones visuales.

Su incidencia es de un caso por millón de habitantes y en Aragón suelen detectarse de uno a dos anuales. Puede aparecer sin una causa conocida o tener un componente genético.