El pasado 6 de diciembre, un grupo de cazadores de Ejea de los Caballeros se hacía con una pieza de jabalí infectada de triquinosis. Afortunadamente, el parásito se detectó antes de que la carne fuese consumida. El animal se encuentra ya a disposición de los servicios veterinarios oficiales del Departamento de Sanidad del Gobierno de Aragón para que determinen el proceso adecuado para destruir el parásito y evitar su diseminación.

Se trata del segundo brote en Las Cinco Villas durante la presente temporada, un año especialmente fructífero en cuanto a la caza. El primero se detectó en la localidad de Biel y, al parecer, esta nueva pieza infestada fue obtenida en la provincia de Huesca. Sin embargo, no se registraban casos de triquina en la comarca desde 1997.

Angel Marín, veterinario de Ejea, explicó que los consumidores no deben alarmarse, pero es necesario un riguroso control de todos los animales abatidos: "Afortunadamente, los cazadores saben que es un problema grave y están acostumbrados a que todas sus piezas pasen por un análisis por parte de un veterinario".

Para realizar estas pruebas, de cada animal se toman 150 gramos de carne procedente del diafragma, los músculos intercostales, la carrillera y la punta de la lengua.