El Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil ha intervenido en un comercio de venta de animales de Caspe (Zaragoza) medicamentos veterinarios que se vendía de forma irregular, ya que el establecimiento carecía de autorización para dispensarlos.

Según ha informado hoy el Instituto Armado, el pasado 11 de diciembre miembros del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil de Zaragoza tuvieron conocimiento de la posible venta irregular de medicamentos veterinarios por parte del establecimiento, por lo que iniciaron una investigación.

En una comprobación el 18 de marzo, observaron en los expositores del comercio gran cantidad de collares de protección contra la leishmania, collares y solución antiparasitarios y otros productos veterinarios y en el interior de un frigorífico, diez vacunas para perros, y constataron que estaba suspendida la comercialización de uno de esos productos por la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios desde el 30 de enero.

Todos estos productos son de uso veterinario, alguno de ellos necesita prescripción veterinaria y se encontraban en su mayoría expuestos al público para su venta.

Al requerirle la documentación se comprobó que el establecimiento carecía de la autorización para poder dispensar y suministrar medicamentos y productos veterinarios y que en algunos casos no se había exigido la receta veterinaria.

Igualmente se pudo determinar que la venta de estos productos podría haberse realizado a explotaciones ganaderas, cuyos animales o derivados pudieran haberse destinado al consumo humano, sin existir trazabilidad o control veterinario.

También su pudo determinar la empresa que suministraba dichos medicamentos al establecimiento de Caspe, ubicada en Zaragoza, y se constató que los medicamentos con prescripción veterinaria habían sido prescritos por un trabajador titulado de la citada empresa, al parecer, sin haber realizado el reconocimiento físico de los animales.

Asimismo, se comprobó que se había realizado una dispensación fraccionada de un medicamento veterinario cuya salida no figuraba en el libro de registro de la empresa ni fue aportada receta veterinaria, y tampoco figuraba el código de identificación de la explotación a la que iban destinados determinados medicamentos veterinarios.

De esta forma, el Seprona ha constatado tres infracciones, dos graves y una muy grave, en el establecimiento de Caspe por dispensar medicamentos veterinarios sin receta y no estar autorizado para dispensarlos y comercializarlos de forma fraccionada, y otras tres por parte de la empresa suministradora de Zaragoza, (dos graves y una muy grave), por suministrar a entidades no autorizadas, ofrecer incentivos al trabajador titulado y por comercializar los medicamentos de forma fraccionada.

El Seprona también considera que el trabajador de la empresa de Zaragoza ha cometido dos infracciones (una grave y otra leve), por aceptar incentivos directamente del establecimiento distribuidor y no cumplimentar la receta veterinaria correctamente.

El Seprona ha precintado e intervenido en el establecimiento comercial de Caspe los productos veterinarios y ha puesto los hechos en conocimiento del Servicio Provincial de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente del Gobierno de Aragón a efectos de las acciones administrativas que pudieran corresponder.