Efectivos del servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil de Monzón y Huesca detuvieron a la propietaria de una explotación ganadera de la comarca de La Litera como presunta autora de un delito de maltrato animal al dejar morir por inanición a 346 cabras.

La intervención se llevó a cabo en el marco de la operación Máximus, encaminada a la detección, control de actividades y conductas ilícitas relacionadas con el bienestar animal en el ámbito ganadero, informaron fuentes del instituto armado en una nota de prensa.

Sin agua ni comida

Fruto de estas inspecciones en granjas y explotaciones ganaderas, los agentes se personaron en una granja caprina de La Litera en cuyo registro la Guardia Civil localizó 346 cabras muertas por inanición en diferentes estados de descomposición y 36 ejemplares en condiciones deplorables, encerradas sin comida ni agua y a las que se procedió de forma urgente a facilitarles alimento.

Tras detener a la propietaria, una mujer de 47 años, los agentes dieron aviso a la Dirección General de Alimentación y Fomento Agroalimentario de la Diputación General de Aragón (DGA) para que se tomaran las medidas encaminadas a garantizar la supervivencia y bienestar de los pocos ejemplares que quedaban vivos.

Igualmente se realizaron gestiones con el Servicio Provincial de Desarrollo Rural y Sostenibilidad de la DGA en Huesca para coordinar la retirada y destrucción de los cadáveres.

Según dichas fuentes, el pasado año, en el desarrollo de la operación Máximus, se detuvo o imputó a un total de seis personas por la comisión de actos ilegales de maltrato animal.

Las diligencias instruidas, junto con la detenida, fueron entregadas en el Juzgado de Instrucción número 1 de Monzón, que decretó la libertad con cargos de la ganadera.

Se investiga la causa por la que la ganadera dejó morir de hambre a los animales. Algunas de las líneas seguidas por los agentes apuntan, en principio, a que quizá trataba de cobrar el seguro del rebaño, lo que requería deshacerse de las cabras.