La Policía Nacional arrestó el lunes en Calatayud a un hombre de 37 años por amenazar a otro con una pistola, con la que aseguró que se lo iba "a cargar". El arma resultó ser falsa, pero los hechos pueden constituir igualmente un delito de amenazas. Usar este tipo de pistolas de apariencia real, o llevarlas fuera de casa, es igualmente una infracción legal.

Los hechos tuvieron lugar en un bar bilbilitano. Según explicó el camarero a los agentes, tras una discusión, el detenido sacó el arma de la espalda y se dirigió al otro cliente gritando "me lo voy a cargar". El propio camarero pudo quitarle la pistola en un descuido, pero los agentes que llegaron al bar tras recibir un aviso les encontraron forcejeando por el arma.

Esta era una réplica exacta de una pistola de 9 milímetros, con seis cartuchos. Los disparos teóricamente solo producen ruido, pero pueden causar quemaduras si se usan a corta distancia. El propietario fue arrestado y puesto a disposición judicial, y quedó en libertad con cargos en espera de la instrucción de la causa.