La Policía Nacional detuvo en Calatayud a un ladrón de solo 12 años que desvalijaba las casas de sus amigos del instituto en la ciudad. El menor les robaba las llaves en el centro escolar y luego se interesaba por sus actividades --por ejemplo, cuándo entrenaban al fútbol u otras extraescolares-- hasta deducir cuándo iban a a estar vacías las viviendas. Entonces, no dudaba en acudir a ellas y robar a pequeña escala, como las huchas de los compañeros, haciendo novillos si era necesario.

La Policía recordó que, aunque los menores de 14 años sean inimputables penalmente --no son responsables de los delitos que cometen--, sí lo son en lo civil, y lo asumen los padres. Es decir, los daños que causen o las indemnizaciones que se deriven de sus actos sí los habrán de pagar los progenitores. Para casos como este recomiendan controlar las pertenencias del niño y el tiempo que pasa solo. Este joven había invertido su botín en un teléfono móvil, otros artículos electrónicos y unas zapatillas, pero sus padres no se fijaron.

Los robos se descubrieron a raíz de una primera denuncia el pasado día 12. Una familia descubrió que habían robado 430 euros de la hucha de su hijo en casa, sin forzar la puerta. Pusieron incluso un billete de cebo en una mesa y el robo se repitió, con lo que quedó claro que el ladrón tenía las llaves que su hijo había perdido en la escuela.

Las denuncias se repitieron hasta alcanzar los siete casos en dos viviendas, y en uno de los robos sorprendieron al joven dentro de un dúplex. Este reconoció los hechos en una declaración en comisaría acompañado por su madre, que según los agentes "no daba crédito" a lo que oía.