La Guardia Civil arrestó ayer al párroco de Borja, Florencio Garcés, ante el estupor de los vecinos reunidos frente a su vivienda. Según lo que fue trascendiendo durante la jornada, fue por un delito económico. Pero a última hora el instituto armado reveló que, además de un desfalco a la parroquia de 210.000 euros, le imputan un delito continuado de abusos sexuales, dos de simulación de delito, uno de coacción y otro de blanqueo de capitales.

La investigación, bautizada como operación Espino, comenzó en el mes de mayo, a raíz de dos denuncias recibidas de índole patrimonial. Al parecer, Garcés presentó ambas denuncias por robo, pero las investigaciones revelaron a los agentes que se habría podido apropiar de 210.000 euros de los fondos de la parroquia, 146.000 desde abril hasta ahora.

Con el avance de la investigación averiguaron que, además de un delito de apropiación indebida, podría ser responsable de un delito continuado de abusos sexuales, uno de coacciones, uno de blanqueo de capitales y dos de simulación de delito, presumiblemente relacionados con las denuncias.

REGISTRO Una vez recabada la información, los agentes de los puestos de Borja y Tarazona registraron ayer por la mañana la casa parroquial, en la que decomisaron abundante documentación, dos ordenadores, material electrónico y 3.200 euros en efectivo. Además, se incautaron de su móvil, cuyas llamadas están analizando.

Por todo ello arrestaron al párroco, de 70 años, al que trasladaron al puesto de Borja, aunque sobre las 21.00 horas salió en espera de que, hoy o mañana, pase a disposición judicial.

Durante la tarde de ayer, el apoyo al párroco era generalizado en Borja --solo había trascendido la imputación por delitos patrimoniales--, como quedó claro en la manifestación de apoyo que prepararon a las 21.00 horas en la plaza del Campo del Toro. Algunas voces en la marcha querían incluso terminarla en el cuartel, aunque el letrado del sacerdote, Antonio Val-Carreres, les disuadió. A la marcha acudió Cecilia Giménez, la célebre pintora del eccehomo.

La buena opinión del párroco es generalizada en la localidad. Fuentes municipales aseguraron que el cura "es una persona muy normal y trabajadora". "Imagínese --añadieron--, antes teníamos cinco curas para 5.000 habitantes y ahora uno. No para de trabajar, también está al tanto de atender a los que van a Cáritas". El sacerdote, de 70 años, lleva más de dos décadas oficiando las misas de la localidad.

También aseguraron que Garcés destaca por sus costumbres "austeras" y por la atención que dedica a los que se acercan "a pedirle" que, aseguran, son muchos. "En seguida respondía a todo lo que le pedían".

Los vecinos tampoco daban crédito a las cantidades que se barajaban en el desfalco, ya que el párroco no gestionaba los fondos del eccehomo, como se especuló en un principio.

Por su parte, el Obispado de Tarazona, diócesis a la que pertenece Borja, mostró a través de un breve comunicado su "estupor y sorpresa" ante la noticia de la detención del sacerdote, y su deseo de tener cuanto antes "un conocimiento preciso" de los delitos que se le imputan.

El obispado instó a mantener durante el proceso la presunción de inocencia del párroco y mostró su "confianza absoluta en el buen hacer de los jueces y el ministerio fiscal", a cuya disposición se puso para colaborar en el esclarecimiento de los hechos. El obispo también indicó que "se reserva cautelarmente la aplicación de las normas canónicas correspondientes".