La Guardia Civil detuvo en fechas recientes a un trabajador de una empresa de Calatorao de la que presuntamente había hurtado 492 kilos de cable de cobre que se proponía vender en un negocio de reciclaje situado en la comarca de Valdejalón.

La detención se produjo el pasado 6 de octubre. Cuatro días antes, un equipo de Policía Judicial de la Guardia Civil de La Almunia, que se encontraba en la empresa de reciclaje de metales para realizar una inspección con motivo de la compraventa de cobre, había observado cómo un conductor llegaba a las instalaciones en una furgoneta con la intención de vender dos palés llenos de cable de cobre.

En un primer momento, el conductor indicó que había ido recogiendo el material durante varios años y que iba a venderlo, pero el cableado contaba con serigrafías con fecha del año 2014 y no pudo aclarar la procedencia. Además, en el interior de la furgoneta había un tercer palé que el conductor intentó ocultar y que estaba cargado también de cables.

Ante la sospecha de que el cobre hubiera sido robado, los agentes intervinieron el material y pudieron determinar, por las diferentes anotaciones serigrafiadas, que se usaba en empresas dedicadas al procesamiento de productos agrícolas.

Así, la tarde del 5 de octubre, la Guardia Civil se entrevistó con el responsable de un negocio de este tipo de Calatorao en el que se utiliza este tipo de cableado. Esta persona se indicó que debería haber siete palés almacenados, pero únicamente quedaban cuatro, por lo que el resto tenía que haber sido hurtado días antes. Además, reconoció el material intervenido sin ningún género de dudas.

Un día después, la Guardia Civil localizó y detuvo a J. I. A. B., de 42 años, de nacionalidad española, vecino de Calatorao y trabajador de la empresa objeto del hurto, que manifestó haber sustraído el material sin tener autorización del responsable.

El sospechoso fue conducido ante el juez de guardia como presunto autor de un delito de hurto, según señalaron fuentes de la Guardia Civil.

El robo de cable de cobre y de otros metales se ha recrudecido en Aragón desde que empezó la crisis económica. En particular sufren este tipo delito las instalaciones agrícolas, pero también se registran robos en el tendido de telefonía fija y en las vías del tren. Una parte del material sustraído se exporta y otra parte se trata de introducir en empresas de reciclado.