Un hombre de negocios más que se registra en el hotel para pernoctar un par de noches y que intenta pasar desapercibido. De esta forma define la trabajadora de uno de estos establecimientos zaragozanos -que por cuestiones laborales prefiere mantenerse en el anonimato- a un británico iraní que la Policía Nacional detuvo el jueves de la semana pasada por, supuestamente, dejar a deber la cuenta en nueve establecimientos hoteleros de la capital aragonesa. En algunos lo intentó, según fuentes consultadas, si bien las medidas de seguridad de los mismos se lo impidieron.

A Ali N. K., con pasaporte británico, aunque de origen iraní, le debió parecer más fácil ir de hotel en hotel, que pagar una hipoteca de una casa. El hecho de que todos los días limpien y arreglen la habitación y el baño es un buen aliciente que debe compensar el no tener un lugar fijo en el que residir. A quienes no les salieron las cuentas fue a los establecimientos en los que se alojó y en los que provocó un descubierto de nada menos que más de 4.500 euros. La forma de actuar siempre fue la misma: realizar una reserva, a través de la web Booking, en la que, según fuentes consultadas, tenía un buen perfil de cliente, ya que se había alojado en muchos hoteles; además de vincular varias tarjetas Visa, incluída la de la compañía por la que estaba de visita en la capital aragonesa.

Esto llevó a muchos paradores a permitir su entrada sin poner ningún tipo de inconveniente. Sin embargo, su jugada se truncó el día en que decidió dejar la habitación del hotel Maza, situado en plena plaza España de Zaragoza. Como había hecho anteriormente, apuntan estas mismas fuentes, este hombre de 39 años fue a pagar con una tarjeta que, sorpresivamente, no tenía fondos. Esto llevó a la dirección a acudir a la comisaría Centro de la Policía Nacional para interponer denuncia.

Ahí comenzó una investigación para intentar localizarle. Ali N. K. no se fue muy lejos, había decidido acomodarse en otro hotel céntrico, en el Zenit Don Yo. Tras comprobar que estaba allí, los agentes esperaron a que decidiera dejar la habitación. En la recepción estaban avisados, así que rápidamente observaron que la Visa que había presentado no tenía dinero. Ante ello, el hombre aportó otra para intentar dar solvencia, pero el patrón se repitió. Entonces, nervioso, según estas mismas fuentes, decidió pagar en efectivo la estancia. Maleta de ruedas en mano, salió del hotel, donde una patrulla de la Policía le detuvo como presunto autor de un delito de estafa,

Esa noche cambió una cómoda cama de hotel por otra de un calabozo. Al día siguiente declaró ante el juez de guardia, quien le puso en libertad provisional, tras tomarle declaración. La Policía investiga si pudo hacer lo mismo en otras ciudades españolas.