Un joven de 19 años puso en jaque a la Policía Nacional de la capital aragonesa, después de desvalijar más de una veintena de trasteros de la ciudad en las últimas semanas. Un dispositivo especial activado por los agentes de la comisaría del Arrabal permitió detenerle la semana pasada.

Las investigaciones comenzaron después de que el Cuerpo Nacional de Policía recibiera varias denuncias en la que los perjudicados declaraban que les habían fracturado los bombines de las cerraduras de los cuartos de trasteros de naves y de alguna comunidad de vecinos. Ante ello, los agentes iniciaron un operativo preventivo de vigilancia que concluyó con la detención del supuesto autor de estos hechos, identificado como Y. Z. Al joven se le atribuye la comisión de, hasta el momento, 21 robos con fuerza. Actuó en comunidades de vecinos situadas en las calles Monte Perdido, Salvador Allende, Juslibol, Obon, Miguel Ambiela y Luis Pinilla, en los cuales llego a forzar diversos cuartos trasteros, robando de su interior numerosos objetos.

Los agentes no dan por cerradas las investigaciones, ya que es posible que se le imputen más robos de estas características. Inicialmente, este joven no pertenecería a ninguna banda organizada especializada a este tipo de robos, lo que le convierte en todo un especialista para su corta edad y para actuar en solitario.

ÚLTIMA OLEADA / La última oleada de robos en trasteros tuvo lugar a inicios del año cuando fueron desvalijados una treintena de cuartos de trastero en el barrio de San José. En aquella ocasión, la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) detuvo a cuatro personas, quienes disponían de un piso en la calle Rocasolano que utilizaban como almacén y refugio de seguridad. Allí iban guardando los efectos que sustraían de los trasteros, y los investigadores encontraron muchos de estos (bicicletas, ordenadores, juegos electrónicos, microscopios, cuadros tipo óleo y componentes musicales, entre otros).

Entre los efectos intervenidos se encontraban también herramientas para el robo, tales como ganzúas, guantes, linternas, taladros, destornilladores y llaves inglesas, así como un machete de grandes dimensiones y una pistola simulada. Todas ellas son habituales para este tipo de delincuentes. A pesar de la gran cantidad, el robo en trasteros y viviendas ha descendido en el primer semestre del año un 12,3% en Aragón, según los últimos datos de Interior.