Las peleas a las salidas del colegio suelen estar protagonizadas, frecuentemente, por estudiantes. No fue el caso de la ocurrida este sábado en Calatayud cuando un vecino de esta localidad zaragozana se acercó al centro escolar a recoger a su hijo y vio cómo, al parecer, el progenitor de un compañero le estaba amenazando. Ahí comenzó una discusión que se ha saldado con un fallecido y un detenido. Ahora, la Policía Nacional trata de investigar si los golpes que profirió Jesús L. M, conocido como "Starki", son la causa de la muerte de Juan Antonio Aranda Moreno.

Los hechos se produjeron sobre las 19.30 horas en las inmediaciones de la plaza San Juan el Viejo cuando ambos coincidieron. Ahí, tal y como reconoció el propio detenido ante la magistrada del Juzgado de Instrucción número 2, al ver que la víctima estaba junto a su hijo se acercó y preguntó qué pasaba. Y es que los hijos menores de ambos están enfrentados. En ese momento comenzaron los gritos.

Según la versión de Jesús L. M. se llegaron a agarrar y le dio "algún que otro bofetón y empujón". Descartó cualquier puñetazo o patada y que mucho menos le dio en la cara. Un detalle importante, ya que la autopsia realizada en el Instituto de Medicina Legal de Aragón (IMLA) resalta un hematoma en la cabeza como posible origen de la muerte. La forense señala que puede deberse a un problema de hipertensión o por un traumatismo.

DESPLOMADO

Juan Antonio Aranda Moreno no murió delante del sospechoso, sino que, tras el rifirrafe se fue con su hijo. Fue en ese momento cuando se desplomó y murió en el acto, ya que los servicios sanitarios no pudieron hacer nada para salvarle la vida. Junto a él iba su esposa, quien llamó a la Policía y explicó lo sucedido, añadiendo que ella avisó al agresor de que su marido sufría de problemas cardiacos, que le dejara.

La situación generó también gran nerviosismo en Jesús L. M., que acudió al hospital con un cuadro agudo de ansiedad. Fue allí donde se enteró que Juan Antonio había muerto, así que llamó a su abogado para que se comunicara con la Policía. Su intención, tal y como expresó, era la de colaborar en todo momento. Ante ello, el penalista José Cabrejas se puso en contacto con el Cuerpo Nacional de Policía para explicar lo sucedido y poner a disposición de la Justicia al sospechoso. Ayer, después de declarar ante la jueza, fue puesto en libertad provisional, aunque está imputado por un delito de homicidio.