Un joven de 23 años que acumula nueve retiradas de carnet que le prohíben conducir vehículos de motor hasta el 2026 protagonizó el martes una temeraria fuga de la Policía Local --en realidad fueron tres-- por el centro de Zaragoza en la que, a lo largo de casi media hora, circuló sobre las aceras en hora punta, transitó en sentido contrario, se saltó semáforos en rojo e hizo caso omiso de señales. El protagonista de la persecución, que no llegó a causar víctimas, llevaba casco y dio negativo en la prueba de alcoholemia.

J. M. C. C. quedó en libertad tras declarar ayer ante la magistrada del juzgado de Instrucción número 4, que lo citó para un juicio rápido que se celebrará antes de fin de mes en uno de los juzgados de lo Penal de la plaza del Pilar. El joven, al que la Policía Local considera autor de un delito de conducción temeraria y otro por circular con el carnet retirado, no aceptó la calificación del fiscal, que habría conllevado su inmediato ingreso en prisión, y prefirió jugárselo todo a la carta de una vista oral.

El ciclomotor con el que circulaba, que estaba dado de baja en el ayuntamiento y que carecía de seguro de responsabilidad civil, quedó intervenido en el depósito municipal a la espera de la resolución judicial del caso.

La persecución comenzó en torno a la una y cinco del mediodía en la calle San Miguel, cuando una patrulla lo sorprendió circulando en dirección contraria. Al llamarle la atención huyó a velocidad elevada por la acera, lo que obligó a varios peatones "a retirarse para evitar ser atropellados", informó la Policía Local. La misma dotación lo localizó instantes después parado en un semáforo del paseo La Mina, donde también le dio el alto.

EL TALLER En esa ocasión, explicaron fuentes policiales, optó por dar media vuelta y dirigirse por la acera hasta el Garaje Aragón, donde motorista y trabajadores se esquivaron mutuamente para evitar que el desaguisado derivara en desastre. Uno de los policías, que lo seguía a pie, vio cómo salía a la calle Salvador Allué para proseguir su huída --por encima de la acera en algunos tramos-- por la plaza de los Sitios y las calles Balmes, Sancho y Gil, San Miguel y Magdalena antes de ir a parar al paseo de la Constitución por la calle Escar.

Desde allí, tras esquivar un coche policial, se dirigió por La Mina a la calle José Luis Pomarón y desde esta al Camino de las Torres, donde los agentes le perdieron la pista.

Otra patrulla de las varias movilizadas por el sistema de radio de la Policía Local lo avistó poco después en Cesáreo Alierta. Al verlos, explicaron las mismas fuentes, efectuó una rápida maniobra de giro a la derecha y, tras invadir la mediana, volvió a desaparecer; en esta ocasión, por el túnel de esa avenida.

Unos minutos más tarde, cuando J. M. C. C. parecía haberle dado definitivamente esquinazo a la Policía Local, una de sus patrullas lo avistó en la calle Asalto, por la que circulaba en dirección a Tenerías.

Los agentes le dieron el alto, aunque no lograron interceptarlo e impedir que continuara con su temeraria fuga hasta las inmediaciones del Centro de Historia, frente al edificio Trovador.

A PIE Sin embargo, que se hubiera apeado de la moto no significaba que hubiera desaparecido el riesgo para la circulación. Según explicaron fuentes policiales, tras ser interceptado, el joven optó por dejar tirado en la acera el ciclomotor mientras él comenzaba a correr hacia la calzada. En esos momentos llegaba a la zona otro coche policial que terminó estampándose contra una pared al efectuar una maniobra evasiva para evitar atropellarlo. Los dos agentes que lo ocupaban sufrieron lesiones leves.

Pudo atenderlos la ambulancia de los Bomberos que en esos momentos se hacía cargo, allí mismo y a petición de la Policía Local, de una mujer agredida en la vía pública y a la que evacuaron a la clínica de la MAZ.