Una denuncia por un atraco a domicilio ha permitido a la Guardia Civil imputar a una mujer portuguesa de 55 años, R. A. G., que regentaba toda una red de comercios en los que explotaba a sus trabajadores y les alojaba ilegalmente. No contenta con ello, según la investigación del instituto armado, les amedrentaba cuando se negaban a irse de casa.

Fue uno de estos episodios, denunciado el pasado 26 de septiembre en Pedrola, el que motivó la investigación. Una de sus empleadas e inquilinas denunció cómo un familiar de la mujer, N. F. G. R., de 31 años -detenido- se coló en su casa empujando la puerta y se llevó una televisión. En la denuncia explicaba cómo su casera la había amenazado con cortarle la luz si no se iba de casa.

La luz, en realidad, estaba tomada ilegalmente de la red, una práctica habitual en todas las casas que regentaba. Tanto la conexión como la desconexión cuando quería echar al inquilino la realizaba con ayuda de un electricista, también vecino de Pedrola, investigado (imputado) por defraudación de fluido eléctrico.

Los agentes, junto a Inspección de Trabajo, revisaron los comercios que tenía la mujer con su familiar, y a cuyos empleados alojaban. Estos tenían contrato laboral -no para la vivienda-, pero entre otras irregularidades trabajaban el doble de horas de lo estipulado. Por ello la mujer fue denunciada, además e investigada por coacciones y defraudación eléctrica. H