El Gobierno de Aragón ha decidido poner orden en la pesca en el mar de Aragón, después de los escándalos relacionados con el furtivismo y la proliferación de basuras en las orillas del embalse del Ebro, el de mayor extensión de la comunidad. Por este motivo, ayer, tras reunirse con representantes de los pescadores de Caspe y su entorno, la DGA anunció que modificará unos puntos de la Ley de Pesca con el fin de poder acotar el pantano y cobrar a los pescadores por ejercer su actividad deportiva, una modalidad que ya se aplica con éxito desde hace más de 20 años en el embalse de Ribarroja.

El objetivo, según fuentes del Ejecutivo aragonés, es que el nuevo estatus legal se aplique desde finales de este año o principios del 2015, por lo que el cambio en la normativa se incluirá en la Ley de Acompañamiento de los Presupuestos del 2015.

Esta medida, informó la DGA, obligará a realizar un cobro por pesca y generará una serie de fondos destinados a ejercer un mayor control sobre el furtivismo existente, mejorar las infraestructuras y resolver los problemas medioambientales que se dan en los pueblos ribereños, desde Sástago y Escatrón hasta Chiprana, Caspe Mequinenza y Fraga.

COTO GIGANTE

"De esta forma nacerá quizá el mayor coto de Europa", señaló ayer Modesto Lobón, consejero de Medio Ambiente, que explicó que el embalse tiene una lámina de agua de 7.540 hectáreas. "El furtivismo ha crecido de una forma desmesurada", aseguró.

El acuerdo surgió ayer tras la reunión mantenida por Lobón y técnicos de su departamento con la presidenta de la Sociedad Deportiva de Pesca de Caspe, María Luisa Serra, y otros miembros de la entidad.

Además de agilizar la creación de un coto de pesca que contará con un patronato consultivo, el consejero se comprometió a modificar la Ley de Pesca con el objetivo de "endurecer las penas por infracciones" y de ofrecer un servicio reforzado de vigilancia formado por Agentes de Protección de la Naturaleza.

Asimismo, se va a intensificar la coordinación con la Delegación del Gobierno para garantizar la seguridad en el entorno, que está afectado además por fuegos incontrolados y campistas ilegales.

Los pescadores, por otro lado, podrán obtener una licencia única de pesca, una vez que terminen los trámites administrativos, y también se venderán tiques en lugares frecuentados por los aficionados. Lobón indicó que informará a la Confederación Hidrográfica del Ebro de los problemas y las medidas que se deben tomar para que actúe en el marco de sus competencias.

El creciente auge de la pesca deportiva durante los últimos años en esta zona, que atrae anualmente alrededor de 20.000 pescadores entre españoles y extranjeros, tiene consecuencias medioambientales en el pantano de Mequinenza.

La extracción masiva y descontrolada de peces, el uso de artes, cebos y prácticas ilegales, la entrada y salida de embarcaciones no controladas, la enorme presencia de acampadas ilegales, hogueras y vehículos en zona de dominio público hidráulico y el cúmulo desorbitado de basuras y residuos de todo tipo en las orillas o arrojados directamente desde las embarcaciones son algunas de ellas.

Pese al control, la vigilancia y la colaboración ciudadana desempeñada hasta la fecha, la situación no ha podido controlarse, por lo que la Dirección General de Conservación de Medio Natural trabaja para resolver el problema. La creación de un coto de pesca mejorará la situación de los pescadores y supondrá un motor para potenciar la pesca en condiciones más favorables.