El mismo Gobierno que repudia la existencia del catalán en Aragón a través de una ley es capaz de firmar dos meses después un protocolo de coordinación con la Generalitat para "establecer relaciones específicas de colaboración" con Cataluña para "el desarrollo de relaciones entre centros escolares, docentes y alumnos" y fomentar en Aragón la enseñanza del catalán. Mientras redactaba respuestas parlamentarias y hacía declaraciones públicas aseverando que el catalán no es una lengua propia de Aragón --contra todos los criterios académicos y científicos-- la consejera de Educación, Dolores Serrat, firmaba con su homóloga de la Generalitat, la convergente Irene Rigau, un protocolo para "facilitar el aprendizaje del catalán y la innovación educativa referida a este aprendizaje".

Este es uno de los ocho puntos de los que consta este convenio, que tendrá una vigencia de tres años y para el que se constituirá una comisión mixta de seguimiento. Fue firmado el pasado 3 de julio, cuando la Ley de Lenguas ya se había aprobado en las Cortes de Aragón y se discriminaba al catalán, una de las dos lenguas propias de la comunidad autónoma a pesar de que el texto no lo recoge.

LAZOS LINGÜÍSTICOS

En la exposición de motivos, la consejera Serrat y su homóloga Rigau muestran una naturalidad al hablar las relaciones entre ambas comunidades muy alejada de las declaraciones públicas que se hacen en ocasiones en ambos lados. Ahí, hacen mención "a los lazos históricos, culturales y lingüísticos que unen desde hace siglos Cataluña y Aragón", y que constituyen "un campo favorable para el desarrollo de relaciones entre centros escolares, docentes y alumnos". El convenio admite que las enseñanzas generales permite "una mejor inserción de los jóvenes en el mundo laboral", y que "la promoción y el estudio recíprocos de las lenguas y de las culturas contribuyen a la comprensión y a la solidaridad de las personas".

El protocolo para fomentar la enseñanza del catalán en Aragón --a pesar de que es una lengua que no se reconoce como propia-- quiere favorecer "los encuentros de alumnos y profesores con objeto de promover intercambios escolares, intercambios de estudiantes, encuentros de docentes y estancias profesionales o lingüísticas", y también favorecer los proyectos educativos "que valoren el patrimonio cultural y lingüístico de ambas comunidades desde la escuela primaria hasta la Universidad".

El protocolo, redactado en las dos lenguas, facilita la comisión de servicios de profesores de catalán en los centros de Aragón donde se imparte, a pesar de que estén ignorados por la ley.