El Gobierno de Aragón ha abierto una investigación para determinar la causa del incendio que, en la noche del pasado lunes, rodeó una gasolinera y un concesionario de coches a las afueras de Barbastro, en la carretera de Huesca, que sirve de salida para la A-22.

El incendio se declaró a las 18.30 horas del lunes y se dio por controlado a las 01.30 de ayer. Igualmente, al cierre de esta edición, continuaba en la zona una cuadrilla terrestre como medida de precaución y la intención era que permaneciera durante toda la noche.

Por la noche del lunes al martes trabajaron cuatro cuadrillas terrestres y dos autobombas del Gobierno de Aragón, además de los bomberos. Durante el día, una cuadrilla terrestre y una autobomba estuvieron sobre el terreno para refrescar la zona.

MONTE BAJO

El incendio se originó en las inmediaciones del casco urbano y afectó a 9,3 hectáreas de matorral y de monte bajo.

La intensa humareda que se formó de resultas de las llamas obligó al cierre de la carretera nacional N-240 a su paso por Barbastro, pero fue finalmente abierta a los coches al cesar el fuego y controlarse las llamas.

Fuentes de la DGA señalaron que no fue preciso desalojar ninguna vivienda de Barbastro, pese a la cercanía del núcleo urbano. Esta circunstancia hizo temer, al principio, que fuera preciso tomar medidas para evitar la intoxicación por humo de los vecinos. El fuego se inició, al parecer, en un barranco y bajó hacia la carretera, hasta un punto situado muy cerca de la antigua variante de la capital del Somontano.

Otro factor de preocupación fue la cercanía de una estación de servicio que casi se vio rodeada por el humo durante la tarde del lunes, lo que creó momentos de tensión.

Sin embargo, la rápida intervención de los bomberos y de la Policía Local de Barbastro impidió que las llamas se extendieran a zonas habitadas y pronto se logró circunscribirlas a la ladera en la que habían empezado.

Por todos estos motivos, se va a abrir una investigación que determine la causa real del fuego, si bien hay que tener en cuenta que, debido a la prolongada ausencia de lluvias, el terreno se encuentra muy seco y cubierto de paja y arbustos que son fácil pasto de las llamas al caer una simple chispa.

Por lo demás, se trata de uno de los numerosos incendios que salpican estos días la geografía aragonesa y que, casi sin excepción, son sofocados rápidamente, por lo que afectan a muy pocas hectáreas.