El Gobierno de Aragón no quiere la A-121. Esta carretera de dos carriles entre Magallón y La Almunia, una de las más peligrosas de la comunidad, canaliza sobre todo tráfico pesado que la utiliza como atajo entre las comunidades de la cornisa cantábrica y las de Levante.

Por este motivo, la Dirección General de Carreteras de la DGA considera que se trata de una vía de interés nacional y ha planteado al Ministerio de Fomento que se haga cargo de ella. Esta iniciativa entrañaría un cambio de titularidad, de autonómica a nacional.

Pero, de momento, el Ejecutivo aragonés no baja la guardia. Empujados por el alto índice de siniestralidad de la vía, los responsables del Pignatelli han incluido la A-121 en el Plan General de Carreteras 2013-2016, lo que implica la realización de fuertes inversiones en mantenimiento.

La última de ellas, ahora en proceso de licitación, supondrá gastar algo más de 400.000 euros en el refuerzo del firme. La medida será sin duda bien acogida por los transportistas, los principales usuarios de la A-121, que en sus 41 kilómetros de longitud solo cuenta con arcén en algún tramo corto.

"Es una carretera muy estrecha para el tráfico que soporta", señala Imanol Arteaga, camionero y concejal de Urbanismo de Ricla, uno de los municipios atravesados por la carretera, que ya acumula tres muertos en accidente durante los meses de agosto y septiembre de este año.

"Carece de arcén en muchas zonas y discurre algo elevada, de forma que cualquier salida de la vía acarrea el vuelco del camión", indica. Y en verano, explica, la peligrosidad aumenta de forma notable al circular más maquinaria agrícola por las labores de recolección.