Con dos meses de prórroga presupuestaria, el supuesto plan b al que aludió el presidente de Aragón, Javier Lambán, cuando advirtió de que era imprescindible presentar los presupuestos en las Cortes podía pasar por la mediación del Ayuntamiento de Zaragoza. De hecho, en los últimos días se han intensificado los contactos a múltiples bandas para tratar de desencallar una negociación que ya adquiere tintes de novela bizantina. Como último recurso, el presidente del Gobierno aragonés y el alcalde de Zaragoza, Pedro Santisteve, podrían haber intercambiado documentación para negociar dos cuestiones que afectan directamente a la ciudad y que se deben recoger en los presupuestos.

Por un lado, la dotación económica de la Ley de Capitalidad (que en el proyecto de ley inicial rondaría los13,5 millones vía transferencias para ayudas sociales y 5 mediante transferencia directa) y el desbloqueo del pleito que ambas administraciones mantienen relativo al Impuesto de Contaminación de las Aguas, que no paga Zaragoza a pesar de las exigencias del Ejecutivo autonómico. Sería intención de la DGA acercarse a las pretensiones municipales en el contenido de la ley para luego mejorar esas partidas a través de las enmiendas que presentara el grupo parlamentario de Podemos y se llegara a los 8 millones vía directa y unos 15 para Dependencia y otras partidas sociales. Una opción que ha estado a punto de cerrarse y que sería vista con buenos ojos por todas las partes.

NEGOCIACIÓN ROTA

Sin embargo, y aunque ninguna de las partes desmintió esta opción, e incluso reconocieron que había habido señales de acercamiento mutuo, a mediados del día de ayer las posiciones volvieron a alejarse y volvieron al punto muerto en el que están desde hace dos meses. Podemos insiste en que toda negociación pasa por el cese del consejero de Hacienda, Fernando Gimeno, para que acepten la tramitación de los presupuestos. Sabedores de que esta condición es inaceptable para Javier Lambán, Podemos solo cedería su posición con las introducciones en la ley de estas dos cuestiones inexcusables para el Ayuntamienot de Zaragoza y que además serviría para acabar con un conflicto que dura varias legislaturas.

Fuentes de ambas partes admitieron que las negociaciones se han acelerado, pero también coincidieron en señalar que aún están lejos las dos posturas como para que haya un acuerdo que facilite la tramitación parlamentaria de las cuentas. No obstante, seguirán estas conversaciones y el Gobierno de Aragón podría dar un paso más en las próximas horas y lanzarse a presentar el presupuesto, aunque no tenga garantizado el apoyo de Podemos. De hecho, la idea inicial era haberlo podido presentar con un acuerdo de mínimos mañana tras un consejo de Gobierno extraordinario. Todo hace indicar que habrá que esperar aún unos días si finalmente el Ejecutivo autonómico opta por presentarlos.

Y de hecho, en el Pignatelli cada vez son más las voces que creen conveniente esa presentación, asumiendo el riesgo que ello conlleva. Pero consideran que dos meses de parón puede volvese en su contra, dar sensación de debilidad política y una absoluta dependencia de un grupo como Podemos que cuenta con 14 diputados. Además, temen que pueda empezar la conflictividad social en determinados sectores. De hecho, hay preocupación empresarial (la CEOE se reúne hoy para analizar la situación) y en el sur de Zaragoza comienzan las movilizaciones para reclamar colegios.