Tras la reacción de media registrada en los pueblos ribereños del río Gállego por la prohibición de beber agua en dos poblaciones ante la sospecha de que pudiera haber restos de lindano, el consejero de Medio Ambiente del Gobierno de Aragón, Modesto Lobón, aseguró ayer que no hay "ningún tipo de problema" de contaminación y que la medida obedece a un "exceso de precaución". Las poblaciones afectadas son Ardisa y Santa Eulalia de Gállego.

CHA denunció el viernes que algunos municipios no pueden consumir agua de boca porque se detectó un exceso de lindano. Pero ayer, en la celebración del día del afiliado del PP de Aragón, el consejero manifestó que la situación en la zona es "absolutamente normal" y que solo se detectó, en uno de los continuos controles del agua del río, una "pequeñísima superación" de los niveles de lindano, de una centésima, en Santa Eulalia, que "ya ha desaparecido".

De hecho, se están tomando muestras "permanentemente" y no hay ya "ningún problema", indicó el consejero, que informó de que el proceso de trasiego de los residuos de lindano del vertedero de Bailín ha concluido "perfectamente" y que la pequeña filtración pudo deberse a las últimas tormentas.

CAUTELA Por "extrema precaución", porque el Departamento de Medio Ambiente prefiere "pasarse" de cauto en este asunto, se ha optado no obstante por mantener cerrado el uso del agua de boca.

Por su parte, la Coordinadora Biscarrués-Mallos de Riglos, que envió ayer a los medios el documento oficial de confirmación del lindano, solicitó que, "ante la gravedad de desastre medioambiental a nivel nacional que supone el problema", solicita garantizar y reforzar la seguridad para las personas realizando más análisis.

Asimismo, la entidad pidió "esclarecer qué ha pasado para que se produzca este escape y tener claras las causas".

Los afectados están preocupados por las consecuencias y por saber si el escape es temporal o crónico, "pues las escorrentías y filtraciones de los vertederos de Sardas y Bailín son permanentes

En su opinión, también queda producto en la fábrica, en los suelos contaminados alrededor de la instalación y en los lodos del río "desde que Inquinosa existe y estuvo trabajando".

"Se trata de un problema grave en el que tiene que haber claridad y transparencia y pedimos responsabilidades políticas", concluía la nota emitida ayer por la coordinadora de la zona, que criticó lo que considera un caso de "desidia de la Administración".