Responsables del departamento de Desarrollo Rural del Gobierno aragonés se reunieron ayer con ganaderos de la comarca de la Ribagorza, en el Pirineo de Huesca, tras confirmarse la presencia de un lobo macho adulto en la zona. Este ejemlar, avistado el pasado mes de octubre, fue captado recientemente por las cámaras de fototrampeo instaladas en zonas boscosas y de montaña de los términos municipales de Laspaúles y Bisaurri.

Según informó a los asistentes el Gobierno aragonés, el lobo no está considerado una especie cinegética y está protegido por la Directiva Europea de Hábitats, por lo que su caza está prohibida. Otro animal fue avistado en junio en la zona de Monegros.

Los responsables de la DGA explicaron a los ganaderos que el lobo no supone un peligro, ya que su comportamiento en relación a los seres humanos es «huidizo», y siempre trata de mantenerse alejado de las personas.

Por el momento, no se ha recibido comunicación de ningún ataque de lobo en las explotaciones de la zona, si bien cabe recordar que el pasado verano y también durante el otoño un lobo atacó a los rebaños de ganado lanar en Monegros y causó la muerte de numerosas ovejas.

El presupuesto del Gobierno de Aragón para el 2018 prevé una partida de medio millón de euros para compensar a los ganaderos por el riesgo derivado de la presencia del lobo y del oso.

Las compensaciones están reguladas en una orden que incluye subvenciones para la adaptación de la ganadería extensiva a los retos ambientales y a los desafíos socioterritoriales. La diferencia con las ayudas por los ataques de oso es que la administración no se limitará a pagar por los animales muertos, sino que asumirá el riesgo que para los ganaderos supone la presencia del lobo y el oso, con una prima por número de cabezas en la explotación de hasta cuatro euros.