Una idea, una iniciativa, un anteproyecto y un proyecto. Ni el propio consejero de Industria, Arturo Aliaga, tiene muy claro qué es exactamente Gran Scala y, por eso, utilizó hasta cuatro sustantivos para definir el parque de ocio y juego que la promotora ILD quiere construir en los Monegros en su comparecencia de ayer en el pleno de las Cortes de Aragón. A pesar de ello y de reconocer que por el momento no hay un dato positivo que avale la solvencia de los promotores, Aliaga fue claro: el Ejecutivo aragonés sigue apoyando a Gran Scala, pero con condiciones, es decir, si garantizan que existe financiación. De hecho, en más de cinco ocasiones utilizó el consejero el condicional: "Si sale...", repetía.

No se le esperaba a él, el PP había pedido que fuera el presidente aragonés, el socialista Marcelino Iglesias, el que diera cuentas sobre la postura del Gobierno de Aragón ante las informaciones aparecidas en EL PERIÓDICO de falta de fondos económicos de las empresas promotoras del macroproyecto. La cabeza del Ejecutivo, sin embargo, ni siquiera asistió a las explicaciones de Aliaga. Llegó tarde y prefirió esperar en el pasillo. La realidad es que nadie se esperaba que Iglesias diese la cara por un proyecto del que, según él mismo había asegurado, el vicepresidente José Ángel Biel es "especialista", pero ni siquiera el aragonesista abrió la boca para defender su apuesta. Le tocó otra vez a Aliaga, que ya acusó la presión y no dudó en reconocer que las críticas le están pasando una factura personal.

LA PRESENTACIÓN. Y es que el consejero dio muchas explicaciones, pero resolvió pocas dudas. Para empezar, no pudo justificar algo que le echaron en cara PP, CHA e IU: la utilización de la zona más noble del Pignatelli para presentar "a bombo y platillo" lo que ni siquiera él mismo pudo calificar como proyecto. "Espero que presenten el proyecto de cualquier emprendedor en la sala de la Corona. ¿Ustedes presentan allí las ideas? La realidad es que en esa zona no se presentan ni ideas ni proyectos", indicó el portavoz de los populares, Antonio Suárez. La respuesta de Arturo Aliaga fue pobre. "Presentamos en el salón del trono la Iniciativa Estratégica para el Crecimiento de Aragón", justificó. "Claro", contestó el portavoz de IU, Adolfo Barrena, "era un programa suyo y lo presentaron en su casa, pero esto es distinto".

El consejero también repasó los motivos que llevan al Ejecutivo aragonés a apoyar la instalación de 32 casinos en el desierto oscense. Entre ellos, el revulsivo que supondría para el tejido empresarial de la comunidad, la mejora de los marcadores económicos, la vertebración territorial y la consolidación de Aragón como destino turístico a nivel nacional. "Son elementos para, al menos, intentarlo", indicó el titular de Industria, que puso una comparativa poco agraciada. "¿Qué hicimos con Inditex? Acudir a reuniones a La Coruña y darles facilidades para que al final se instalaran aquí", explicó. Lo que se le olvidó mencionar es que Inditex tiene unos beneficios anuales comprobados de 1.250 millones de euros. Por ahora, ILD ni siquiera ha sido capaz de comprar terrenos ni de presentar el aval de 20 millones de euros que ha pedido el Gobierno de Aragón y que Aliaga calificó de "prueba del algodón".

De hecho, el consejero no pudo aclarar nada sobre la solvencia de los promotores. "El 68,5% del capital de ILD lo tienen cinco sociedades. De todas formas, no se tiene por qué tener todo el dinero para empezar, puesto que la práctica habitual es realizar sucesivas ampliaciones de capital conforme las cosas van avanzando", indicó. "Antes de aclarar la viabilidad del proyecto el Gobierno de Aragón no va a hacer nada", concluyó.

Ante estos argumentos, los grupos de la oposición fueron desgranando su posturas. El PP, que inicialmente dejó una "puerta abierta" al macroproyecto, se planteó si los promotores no habrían acudido a Aragón "por ser pichones". Nieves Ibeas, de CHA, criticó que Iglesias haya demostrado una vez que es "hábil traicionando la confianza de los aragoneses" con un proyecto sobre el que no ha dado "la cara". Y el portavoz de IU, Adolfo Barrena, recordó al auditorio su oposición frontal a Gran Scala al suponer un proyecto de ocio que consiste en "gastarse el dinero en tragaperras".