Otra de las ponencias de la Comisión del Agua, la que estudia las obras polémicas, tiene pendiente la consecución de un acuerdo sobre la regulación del sistema Gállego-Cinca, cuya propuesta inicial era la construcción del embalse de Biscarrués. Sin embargo, la gestación de este acuerdo está resultando muy difícil, porque las aspiraciones de las partes enfrentadas no son sencillas de conciliar. Los regantes del Alto Aragón no creen que la reducción de la presa planteada en las discusiones previas cubra sus necesidades fundamentales, aunque se hagan otras obras complementarias. Los afectados por el embalse intentan evitar su construcción a cualquier cota. La ponencia ha estado meses parada (después de sacar adelante los acuerdos de Yesa y Santaliestra) y el mal ambiente ha hecho, incluso, que se cambie el sistema de funcionamiento. En esta ponencia no discuten los afectados directamente, sino los miembros titulares del grupo de trabajo.