La Mesa de los Presupuestos Participativos del barrio zaragozano del Rabal ha dimitido en bloque por lo que consideran un "ninguneo" por parte de la consejera de Participación Ciudadana, Elena Giner, y por "la discrecionalidad" con la que aplica los criterios técnicos en las propuestas del vecindario.

El concejal de Presidencia y Participación Ciudadana del PSOE, Roberto Fernández, ha dado cuenta de esta decisión a la Comisión, después de que la oposición haya hecho referencia a las "múltiples dudas y problemas que se están generando en torno a este proceso en los distritos y en los barrios rurales", informan fuentes del grupo socialista en una nota de prensa.

Fernández considera que esta decisión debe servir para "bajar la euforia" a la consejera porque, según han transmitido los dimisionarios, desde el Gobierno municipal no se están respetando los criterios técnicos que impuso para este proceso al no atender "las singularidades del distrito, el segundo más poblado y el más participativo y porque no tiene en cuenta las demandas del barrio".

En su escrito de dimisión, los tres responsables de la Mesa mantienen que su decisión "no tiene que ver con la ideología, pero sí con el trabajo invertido", motivo por el que cuestionan "lo absurdo de los plazos" que les ha hecho informar en 10 días cerca de 150 propuestas para que después "el Ayuntamiento no cumpla".

Según el grupo socialista, los dimisionarios también arguyen que varias propuestas han llegado a la fase de apoyo "sin cumplir con los requisitos técnicos que rigen para el proceso, de manera que en este momento se está apoyando algo ficticio".

Las críticas se dirigen también a la fuerte presencia de demandas de los colegios que, según los delegados de la Mesa del Rabal, se producen por la "incapacidad" del Gobierno de ZeC de ejecutar los presupuestos e invertir en los centros docentes y está obligando a las Ampas "a organizarse para lograr recursos que mejoren sus colegios", algo que desde los miembros de esta mesa consideran "injusto" porque además de competir "por migajas", deja a los colegios más pequeños sin posibilidades.

En el escrito también aluden a "la desagradable experiencia" del año pasado, en la se quedaron sin gastar dos tercios del dinero consignado para las peticiones de los vecinos y es por lo que se niegan a seguir participando en "esta farsa".

Roberto Fernández ha expresado asimismo su preocupación con las negociaciones que se mantienen en los barrios rurales sobre la fórmula para elegir los proyectos, porque después de un mes de negociaciones de los alcaldes y de contar con el visto bueno de Giner, "la consejera se ha echado para atrás".

El socialista teme que "la escasa capacidad de negociación y pacto de Giner retrase tanto los acuerdos que haga inviable la realización de las obras que pudieran acordarse o que dé al traste con la aplicación de este formato en la periferia"