Los aragoneses que residen en Cataluña están «preocupados» por el futuro incierto que les depara si se producen los presagios y se convoca el referéndum del 1-O y el resultado lleva a iniciar el proceso de independencia. Esto es lo que manifiestan los centros aragoneses situados en Tarragona y Hospitalet de Llobregat, atentos a los últimos acontecimientos del Parlament.

Los centros aragoneses difieren en cuanto a su postura con respecto a la independencia de la comunidad vecina. Los más mayores están «totalmente en contra de esta situación» mientras que los más jóvenes pueden llegar a entender que los catalanes defiendan su propia autonomía.

El delegado de cuadro del centro aragonés de Hospitalet de Llobregat, Javier Puerto, afirmó a EL PERIÓDICO que en este centro están «a favor de que puedan decidir sobre su independencia pero lo tienen que hacer de forma legal y dentro de un marco pactado con las administraciones».

Por su parte, el presidente del centro cultural de Aragón en Tarragona, Santiago Islazán, sentenció que están «totalmente en contra de que se lleve a cabo tanto el referéndum como la posterior autonomía de la comunidad».

Además, también alabó la intervención de Mariano Rajoy, el pasado jueves, que dio «un soplo de aire fresco a esta coyuntura», aseguró. «Aquí nadie está de acuerdo ni con la cuestación ni con la independencia. Desde nuestro centro potenciamos el aragonesismo y queremos diversidad de ideas pero dentro de España y de sus fronteras», señaló Islazán.

Además, el presidente admitió que la gente «está callada, no se manifiesta y es algo que tendría que hacer si no está de acuerdo con esta iniciativa». Lo principal, esgrimió, es atreverse a opinar aunque se piense diferente.

Admiten que todo apunta a que la convocatoria del referendo está más lejos de la independencia desde que el Tribunal Constitucional suspendiera el pasado jueves la reforma aprobada por solo una parte del Parlament, la independentista -PP, PSC y C’s abandonaron el hemiciclo durante la votación-, por lo que los aragoneses, dicen, sienten cierta calma.

Puerto, por su parte, expresó que hay «mucha desinformación» lo que intensifica esta preocupación con la que están viendo el proceso. Asimismo, no cree que la independencia se llegue a producir. Sin embargo, coincide en su postura con algunos políticos que apoyan que lo esencial es el diálogo. «El Gobierno catalán y el de España están cada uno en un punto y ninguno se mueve. Hay que esperar para saber quién se saldrá con la suya aunque yo creo que cada parte tendría que ceder un poco y equilibrar la balanza para que se salgan beneficiados ambos», indicó Puerto.